El dolor de espalda es una de las afecciones más frecuentes en todo el mundo, hasta el punto de que puede llegar a afectar al 80 por ciento de la población en algún momento de su vida, y se ha convertido en la principal causa de baja laboral, pudiendo generar, en ocasiones, mucha discapacidad.
Un problema de salud que “muestra una prevalencia más alta en mujeres y cada vez afecta a gente más joven, según los últimos estudios”, como señala Olalla Sanz, fisioterapeuta del Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario General de Villalba -hospital público de la Comunidad de Madrid-, quien recientemente impartió un taller sobre el cuidado de la espalda, en la Asociación de la Mujer, organizado en colaboración con el Ayuntamiento de Collado Villalba.
Prevención
La prevención y el tratamiento de esta dolencia parte de comprender su origen y abordarla desde una perspectiva global, teniendo en cuenta tanto su aspecto físico como emocional. Asimismo, la fisioterapeuta señala que, “si queremos abordar eficazmente esta patología, debemos concentrarnos en mejorar nuestros hábitos de salud”. En este sentido, entender qué es el dolor, realizar ejercicio físico regularmente, tener una alimentación adecuada, mantener un buen descanso nocturno y aprender a controlar el estrés en el día a día son factores clave, según Sanz.
Los hábitos posturales también son un factor a tener en cuenta, que puede contribuir a la aparición o empeoramiento del dolor de espalda. Lo mejor es mantenerse activo. Debemos evitar posturas mantenidas durante mucho tiempo y el sedentarismo. En cuanto al ejercicio físico, la fisioterapeuta asegura que la combinación del entrenamiento de fuerza con ejercicio aeróbico de forma regular puede ayudar a mejorar la fuerza muscular, la flexibilidad y la postura, por lo que lo señala como una estrategia más en el abordaje de esta dolencia.
Finalmente, Sanz subraya la importancia de buscar atención médica cuando el problema se vuelve crónico: “Cuando el dolor se mantiene durante más de tres meses, es importante buscar ayuda, acudir al personal facultativo correspondiente y dejarnos aconsejar por él”, concluye.