Emmanuel Macron ha renovado el mandato como máximo dirigente de Francia tras las últimas elecciones presidenciales. El presidente francés se impuso con una contundente victoria en la segunda vuelta tras una primera ronda ajustada, con Jean-Luc Mélenchon pisando los talones a Marine Le Pen y una carrera final que aupó al francés de nuevo al Palacio del Elíseo. La política exterior sigue teniendo un papel preponderante en la política del recién reelegido presidente de la república francesa. Con Angela Merkel fuera del primer plano de la política, Macron se ha visto reforzado gracias a la proyección que le ha brindado los primeros cinco años de mandato presidencial en Francia y su menor dependencia de Rusia que Alemania.
La política internacional actual gira en torno a grandes liderazgos que representan, por ejemplo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell y el recién elegido presidente de Alemania, Olaf Scholz. Todos ellos tienen algo en común con Macron: los valores europeos.
La reelección de Macron en 2022 refuerza su trayectoria política en materia no solo nacional, sino también internacional por las implicaciones geopolíticas de sus decisiones. Las iniciativas tomadas en su primera legislatura han puesto a Francia en primer plano internacional en contadas ocasiones. De considerar a la OTAN en «muerte cerebral» en 2019, a querer apostarlo todo por la Alianza Atlántica este año ha sido uno de los grandes giros de Macron al frente de Francia.
«Francia tiene todavía algunas cosas que decir al mundo; no ha terminado con el humanismo, ni con la Ilustración».
Emmanuel Macron en la última campaña electoral de Francia
El marcado europeísmo de Macron siempre ha quedado patente en sus declaraciones. «Francia tiene todavía algunas cosas que decir al mundo; no ha terminado con el humanismo, ni con la Ilustración», llegó a decir el pasado abril en plena campaña electoral, cuando los sondeos vaticinaban un acercamiento de Le Pen, aunque posteriormente Macron le diese la vuelta y ganase de manera holgada.
La imagen internacional de Francia pasa casi en su totalidad por la imagen de Macron. El presidente francés ha dedicado numerosos esfuerzos en estimular las relaciones diplomáticas a través de gestos simbólicos. Como en 2018, cuando anunció la cesión de un cuadro al Reino Unido, en pleno ‘Brexit’, con un gran significado histórico para los británicos y que fue aplaudido como gesto diplomático por muchos analistas.
Francia y su política exterior ha abanderado a lo largo de la historia valores relativos a la libertad y los derechos humanos. Ahora las batallas se libran en el terreno de la igualdad entre hombres y mujeres, el cambio climático y la inclusividad. Macron busca aprovechar la carta de la energía nuclear para ganar soberanía estratégica tras la invasión rusa de Ucrania.
La Unión Europea busca nuevas fórmulas para depender menos de Vladimir Putin y su gas natural. Macron ha sabido aprovechar el momento para revalorizar la gran apuesta francesa por la energía nuclear. Algo que favorece una menor dependencia del gas ruso y autonomía frente a los conflictos que pudiesen surgir en el futuro. De momento, la UE ha pasado de incentivar el desmantelamiento al incentivo de la energía nuclear a considerarla «verde», junto al gas natural.
Francia ya ha jugado su carta y se ha hecho con el control de EDF, la principal empresa nacional de generación y distribución eléctrica. Macron ya ha anunciado su intención de construir más centrales nucleares. Con la nacionalización de EDF, el presidente francés busca abaratar el coste de la electricidad y agitar el tablero geopolítico para depender menos Rusia. El objetivo: transitar hacia un consumo más responsable de la energía y sostenible con el medio ambiente, uno de los principales objetivos de la Unión Europea.
El futuro de la diplomacia francesa
La diplomacia francesa y su visión de las relaciones internacionales todavía tienen fuelle para seguir influyendo en el mundo. El respeto a los derechos humanos, el papel de la mujer y la protección de la infancia se encuentran entre las principales preocupaciones de Macron, además de su apuesta por la independencia energética con la energía nuclear. Delante sigue teniendo a una nación que actualmente es la quinta economía más grande del mundo y la segunda de la Unión Europea por detrás de Alemania.
Macron tiene por delante cinco años de mandato con algo menos de fuerza parlamentaria si se compara con su mandato anterior. El presidente francés se enfrenta al desafío de contentar a los socios que le han apoyado en su legislatura, para así alejar a Francia del nubarrón populista y de la anti política, siempre acechantes en tiempos de crisis. Si quiere mantener las políticas que ha practicado hasta ahora, tendrá que hacer concesiones por contrapartida para poder seguir transmitiendo la imagen de un presidente ‘mediador’, tal y como se ha esforzado en dibujar durante los últimos meses tras el estallido de la guerra en Ucrania.