La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha presentado los centros migratorios en Albania como un ejemplo para la gestión de la migración en la Unión Europea. Durante su visita a una de estas estructuras en Shëngjin, que comenzarán a operar en agosto, Meloni destacó la innovación del acuerdo migratorio con Albania y su potencial para ser replicado en otros países europeos.
En compañía del primer ministro albanés, Edi Rama, Meloni explicó que estos centros permiten a Italia gestionar de manera externa las solicitudes de asilo y deportaciones de migrantes rescatados en aguas internacionales por las autoridades italianas. Varios estados miembros de la UE ven este acuerdo como un modelo de externalización que podrían adoptar.
«Podemos decir con orgullo que se está convirtiendo en un modelo,» afirmó Meloni, señalando que 15 naciones europeas ya han solicitado a la Comisión Europea considerar la externalización de la política migratoria y de asilo. Incluso Alemania ha mostrado interés en este enfoque.
El acuerdo con Albania incluye la construcción de dos centros de jurisdicción italiana en el país. El centro en Shëngjin se utilizará para los primeros procedimientos de desembarco e identificación, mientras que en Gjadër se establecerá un centro de detención y repatriación. Aunque debían estar operativos en mayo, los retrasos han pospuesto su apertura al 1 de agosto. Estos centros, gestionados por personal y policía italiana, podrán albergar hasta 3.000 personas simultáneamente, con una capacidad inicial de 1.000 personas.
Meloni justifica la inversión
El coste de estos centros será de 670 millones de euros en cinco años, lo que Meloni ha justificado como una inversión necesaria que representa solo el 7.5% de lo que Italia gastaría en acogida en su propio territorio. Además, Meloni espera que este enfoque tenga un efecto disuasorio sobre los migrantes que intentan cruzar el Mediterráneo hacia Italia.
Para facilitar el traslado de migrantes, el Ministerio del Interior italiano ha lanzado un concurso para alquilar un ferry por 13.5 millones de euros, que transportará hasta 300 migrantes desde Lampedusa a Shëngjin.
A pesar de las preocupaciones sobre el respeto al derecho internacional y el alto coste, Meloni defiende que estos centros representan una nueva fase en la gestión migratoria, alineándose con su partido, Hermanos de Italia, que aboga por limitar la acogida de migrantes. Bruselas, por su parte, no ha puesto trabas a esta iniciativa.
Este proyecto refuerza el compromiso de Italia con la externalización de la gestión migratoria, un enfoque que Meloni ha promovido con otros países no pertenecientes a la UE, como Túnez y ahora Albania.