Joe Biden, presidente saliente de Estados Unidos, ha concedido un indulto total a su hijo Hunter Biden, contradiciendo así su compromiso de no intervenir en los procesos judiciales que involucraran a su familia. Esta decisión marca un momento histórico y controvertido en la política estadounidense, ya que nunca antes un presidente había otorgado clemencia a un familiar directo acusado de delitos graves.
Hunter Biden, de 54 años, enfrentaba dos causas judiciales que podrían haberle costado hasta 42 años de prisión. Por un lado, recibió condena en Delaware por tenencia ilícita de armas tras mentir en 2018 en un formulario federal al afirmar que no consumía drogas, cuando en realidad era un usuario activo. Este cargo conllevaba una pena máxima de 25 años y una multa de 750.000 dólares. Por otro lado, en septiembre, Hunter se declaró culpable de fraude fiscal en California, tras evadir 1,4 millones de dólares en impuestos entre 2016 y 2019, lo que podría haberle acarreado otros 17 años de cárcel.
El indulto presidencial no solo absuelve a Hunter de ambos casos, sino que también le protege de futuras investigaciones relacionadas con posibles delitos cometidos entre 2014 y 2024. Esto bloquea cualquier intento de reabrir el caso por parte de Donald Trump, quien, tras ganar las elecciones del 5 de noviembre, asumirá nuevamente la presidencia en enero. Trump había acusado repetidamente a Hunter Biden de estar involucrado en negocios turbios en Ucrania, una denuncia que desembocó en el primer impeachment contra el expresidente republicano en 2019.
«Persecución política»
En su comunicado, Biden justificó la medida afirmando que su hijo fue víctima de una “persecución política” orquestada por sus rivales republicanos. “Las acusaciones surgieron únicamente tras instigarse por mis oponentes en el Congreso. No cabe duda de que Hunter recibió señalamiento solo porque es mi hijo, y eso está mal”, declaró el mandatario, subrayando que el objetivo de la oposición era “destruirle a él para atacarme a mí”.
Sin embargo, la decisión contradice las declaraciones que hizo en junio de este año, cuando afirmó que no indultaría a su hijo bajo ninguna circunstancia. Incluso la Casa Blanca reiteró esta postura días antes de las elecciones. Este giro ha generado críticas inmediatas por parte del Partido Republicano, que acusa a Biden de abuso de poder y de usar su prerrogativa presidencial para proteger a su familia.
A pesar de que es común que los presidentes concedan indultos en los últimos días de su mandato, casos como este son raros y políticamente costosos. Aunque Bill Clinton indultó a su hermanastro Roger y Donald Trump a su consuegro Charles Kushner, el hecho de que Hunter Biden estuviera implicado en casos de fraude fiscal y posesión ilegal de armas añade una dimensión especial al escándalo.
Caso Hunter
El caso de Hunter ha sido una constante fuente de controversia para la familia Biden. En 2019, la aparición de un ordenador portátil, presuntamente de su propiedad, reveló correos electrónicos relacionados con sus negocios en Ucrania y China, además de imágenes comprometedoras que mostraban su consumo de drogas. Las plataformas Twitter y Facebook censuraron inicialmente la noticia, lo que más tarde fue criticado como una medida excesiva de control de la información en plena campaña electoral de 2020.