La política alemana se enfrenta a un escenario de incertidumbre y tensiones internas en los dos principales partidos, el Partido Socialdemócrata (SPD) y la Unión Cristianodemócrata (CDU), mientras el país se prepara para las elecciones a canciller en otoño de 2025. El ascenso de la extrema derecha, representada por Alternativa para Alemania (AfD), ha sacudido los cimientos de ambas formaciones, que buscan detrás de escena nuevos liderazgos capaces de recuperar el apoyo de los votantes y frenar el avance de la AfD, que ya cuenta con un 17% de intención de voto.
En el SPD, el canciller Olaf Scholz se encuentra en una posición precaria. Su popularidad ha caído a mínimos históricos, y el partido apenas alcanza el 14% en las encuestas, por debajo incluso de la AfD. Aunque Scholz ha confirmado su intención de ser candidato en 2025, dentro del SPD se debate sobre la necesidad de buscar una alternativa que renueve la imagen del partido. A pesar de ello, figuras clave, como Kevin Kühnert, exlíder de las juventudes del SPD y actual secretario general, permanecen en la sombra, esperando una oportunidad más favorable para posicionarse como candidatos.
El ministro de Defensa, Boris Pistorius, ha emergido como una figura de consenso dentro del SPD. Su gestión de la defensa, tras años de declive en el sector militar, le ha dado gran popularidad. Actualmente, es el político más valorado del país, superando a Scholz en todas las encuestas de valoración personal. Sin embargo, Pistorius ha mostrado lealtad al canciller y solo se presentaría como candidato si Scholz decidiera dar un paso atrás, lo cual aún parece improbable.
Posibles candidatos del CDU
Mientras tanto, la CDU se encuentra en una situación similar. Aunque las encuestas le otorgan un 33% de intención de voto, su líder, Friedrich Merz, enfrenta una falta de apoyo popular. El bávaro Markus Söder, presidente de Baviera, y Hendrik Wüst, presidente de Renania del Norte-Westfalia, cuentan con mayores índices de preferencia para la candidatura a canciller. Merz, sin embargo, sigue aferrado a su liderazgo, pese a que ya ha sido relegado en dos ocasiones anteriores, primero por Edmund Stoiber y luego por Angela Merkel. Las luchas internas en la CDU parecen inevitables, con la posibilidad de que los barones regionales tomen las riendas ante la perspectiva de una victoria en 2025.
Las recientes elecciones regionales en Turingia y Sajonia han reforzado la necesidad de que tanto el SPD como la CDU reevalúen sus estrategias. La AfD, con una plataforma prorrusa y antiinmigración, ha capitalizado el descontento en estas regiones del este de Alemania. Aún queda la elección en Brandeburgo el 22 de septiembre, donde también se espera un buen resultado para la extrema derecha. Los grandes partidos, conscientes de este panorama, prefieren mantener sus maniobras internas lejos del foco mediático hasta las elecciones a canciller en 2025.