Estados Unidos ha lanzado una advertencia seria a Israel en relación con la crisis humanitaria en Gaza, condicionando su ayuda militar a la apertura de corredores humanitarios. En una carta enviada por el secretario de Estado, Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, la Administración de Joe Biden ha dado a Israel un plazo de 30 días para permitir la entrada de asistencia humanitaria en la Franja de Gaza, según fuentes del Departamento de Estado y el medio Axios, que tuvo acceso al contenido del documento. Si no se cumple con esta exigencia, Estados Unidos considera la posibilidad de suspender su apoyo militar a Israel, que asciende a unos 3.800 millones de dólares anuales.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, explicó en una conferencia de prensa que la ayuda humanitaria a Gaza ha disminuido drásticamente, registrando una caída superior al 50% en comparación con los niveles previos. Este deterioro ha llevado a Washington a intensificar la presión sobre Tel Aviv, recordando que la legislación estadounidense prohíbe otorgar ayuda militar a cualquier nación que impida la distribución de asistencia humanitaria proporcionada por Estados Unidos.
La carta, dirigida al ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, y al ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, insta a que Israel tome “acciones urgentes y sostenidas” para revertir la situación humanitaria en Gaza. Además, la misiva expresa la profunda preocupación del Gobierno de EE.UU. por el estado de la crisis, una postura que refleja la creciente impaciencia de la administración Biden con las acciones del gobierno israelí, particularmente después de los recientes bombardeos en Beirut.
Presión demócrata
El sector progresista del Partido Demócrata ha incrementado la presión sobre Biden para que condicione el apoyo militar a Israel al cumplimiento de las normas de derecho internacional humanitario, exigiendo un cambio en la política estadounidense si el bloqueo humanitario continúa. Sin embargo, una parte significativa del electorado estadounidense sigue apoyando la asistencia militar a Israel, lo que sitúa a Biden en una encrucijada política. Aunque los líderes progresistas exigen una acción más firme, el presidente debe equilibrar las tensiones internas de su partido y las implicaciones para las elecciones presidenciales de noviembre.
El plazo de 30 días establecido en la carta proporciona a Biden margen para evaluar la situación después de las elecciones. La Administración espera que Israel responda antes de que expire el plazo, dado que realizar cambios inmediatos sería complejo. Mientras tanto, Washington continúa monitorizando de cerca la situación, insistiendo en que la ayuda humanitaria es una prioridad en Gaza.