El presidente chino, Xi Jinping, se muestra confiado de que la visita del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pueda mejorar las tensas relaciones entre las dos grandes potencias mundiales. Las interacciones entre países deben estar basadas siempre en el «respeto mutuo y la sinceridad», afirmó Xi durante el encuentro en el Gran Salón del Pueblo, aludiendo a la reciente visita de Blinken a Pekín.
Tras dos días de reuniones, parece que la rivalidad entre las dos grandes potencias económicas, tecnológicas y militares del siglo XXI puede estar bajo control. Blinken y Xi han fijado un suelo al desplome de relaciones y han establecido diversas líneas de comunicación abiertas. A pesar de que este encuentro no estaba en la agenda oficial, el hecho de que se llevase a cabo sugiere un giro potencialmente positivo en las relaciones entre EE UU y China.
Blinken, por su parte, ha hecho hincapié en la importancia de las relaciones entre ambos países, afirmando que «tienen la obligación» de gestionarla «de manera responsable». Declaró su viaje a Pekín como un esfuerzo para «fortalecer los canales de comunicación de alto nivel» y para aclarar las «posiciones e intenciones de EE UU en áreas de desacuerdo».»».
A pesar de las intenciones positivas, algunos desafíos persisten. China ha rechazado la propuesta de Washington de reabrir los canales de comunicación entre los militares de ambos países.
El desafío de encontrar un equilibrio
Xi, por otro lado, ha resaltado que «el mundo necesita una relación estable entre China y Estados Unidos». Aseguró que el futuro de la humanidad depende de la capacidad de ambos países para coexistir pacíficamente. El líder chino también subrayó que China «no pretende desafiar o desplazar a Estados Unidos», y enfatizó que ninguna de las partes debería tratar de privar a la otra «de su legítimo derecho al desarrollo».
Tensiones, compromisos y un futuro incierto
Este encuentro con Xi ha sido el más importante desde noviembre, confirmando una vez más la intención de ambas partes de mejorar las relaciones bilaterales. Xi hizo referencia a la cumbre del G-20, en la que los líderes se comprometieron a evitar una nueva Guerra Fría y a mejorar las relaciones bilaterales.
Sin embargo, persisten varios obstáculos en el camino hacia la mejora de las relaciones. Uno de ellos es la percepción de EE UU hacia China, que según Wang Yi, jefe de la diplomacia del Partido Comunista, ha llevado a «políticas equivocadas» desde Washington.
Disputas recurrentes
El asunto de Taiwán sigue siendo un punto crítico en las relaciones entre EE UU y China. Aunque Blinken reiteró el apoyo de EE UU a la política de «una sola China», la continua venta de armas a Taiwán por parte de Estados Unidos ha sido un tema de disputa. Xi Jinping reafirmó ante Blinken la posición de China de que Taiwán es una parte inalienable de su territorio y pidió a EE UU que se abstenga de enviar señales equivocadas a las fuerzas que buscan la independencia de Taiwán.
Xi Jinping reafirmó ante Blinken la posición de China de que Taiwán es una parte inalienable de su territorio.
Las disputas comerciales y las acusaciones de espionaje cibernético también siguen siendo obstáculos importantes. Washington ha acusado a Pekín de prácticas comerciales desleales y de robar secretos comerciales y tecnológicos. China, por otro lado, ha negado estas acusaciones y ha argumentado que Washington está utilizando su poder para reprimir a las empresas chinas.