China ha sorprendido al mundo con un crecimiento elevado en las últimas décadas. Este crecimiento le ha permitido situarse en una posición privilegiada en el contexto geopolítico. Pese a ver frenado su auge en los últimos años a causa de la pandemia, el líder de China, Xi Jinping sigue teniendo una influencia notable sobre los socios y futuribles aliados de Pekín. La guerra de Ucrania ha puesto en una especie de encrucijada al presidente chino. Por un lado, necesita a los aliados occidentales y por otro, la estrecha colaboración con Vladimir Putin le permite tener soberanía y mantener una cierta posición de poder sobre el resto de aliados.
China no se ha posicionado de manera expresa en cuanto a la guerra de Ucrania. Sin embargo, en la última reunión entre Xi Jinping y Putin, han estrechado los lazos que les unen, y sin mencionar a Ucrania, se han mostrado colaborativos para liderar un «mundo cambiante», según expresaron en el comunicado conjunto.
Xi Jinping sabe que Rusia necesita la ayuda de China para prosperar en el campo de batalla de Ucrania
Xi Jinping sabe que Rusia necesita la ayuda de China para prosperar en el campo de batalla de Ucrania ante la contraofensiva de Zelensky que ha permitido a Kiev recuperar alrededor de 8.500 kilómetros cuadrados. Algunos expertos consideran al líder chino como el hombre más poderoso del mundo. Sin embargo, China debe resolver algunos problemas internos como la cuestión de Taiwán y la desaceleración económica que está agravando las desigualdades en el país.
El papel de China
Lo que probablemente esperaba Xi Jinping es que la invasión rusa de Ucrania se solucionase por la vía rápida, sin dar tiempo a Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea para responder. Ante la evidencia de que la guerra se está alargando, la amistad entre China y Rusia es más necesaria que nunca. India también llama a la puerta, mientras que los países aliados de una y otra potencia mundial tratan de afianzar sus relaciones en un contexto cada vez más complejo.
No obstante, Xi sabe que la relación con Rusia puede llegar a ser tóxica porque hay muchos intereses que colisionan entre los dos países. Sin ir más lejos, Putin se ha acercado a la India, un rival histórico de china que amenaza a su posición geoestratégica en Asia Central. Nueva Delhi está comprando gas ruso con precio rebajado gracias a las sanciones occidentales a la energía de Rusia.
En definitiva, las aristas del mundo multipolar se van coloreando de manera cada vez más nítida. China ejerce su influencia en Asia Central y rivaliza con la India por la hegemonía económica. Por su parte, Rusia, trata de hacer lo propio para salir airosa de la contienda bélica que está llevando a cabo en Ucrania.
Mientras tanto, Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europa, o lo que algunos analistas denominarían como el complejo concepto de Occidente, asisten a sus respectivas crisis internas con una inflación desbocada y una crisis de precios en la vida. Rusia y China estrechan sus lazos para hacer más presión a las sanciones occidentales y Xi Jinping hace lo propio con su rival histórico, Estados Unidos, con Taiwán en el horizonte como un polvorín que puede estallar en cualquier momento.