Guerra en Ucrania

Ucrania refuerza su defensa aérea ante la presión rusa en Donetsk

Las defensas antiaéreas de Kiev han derribado 13 aviones rusos desde el 17 de febrero, cuando sus tropas se retiraron de Avdiivka y comenzaron poco a poco a perder territorio en el este del país

En el frente este de Ucrania, la situación en tierra presenta desafíos para Kiev, que ha visto cómo sus tropas han tenido que ceder terreno a las fuerzas rusas tras retirarse de Avdiivka, una ciudad clave en la región de Donetsk, desde el 17 de febrero. Esta retirada marca un punto de inflexión en el conflicto, donde la estrategia defensiva de Ucrania ha tenido que adaptarse ante la escasez de munición de artillería y el desgaste de sus combatientes, especialmente después de una contraofensiva no exitosa en la primavera pasada. A pesar de estos reveses en tierra, el desempeño de Ucrania en el aire ha sido notablemente exitoso. Desde la retirada de Avdiivka, las defensas antiaéreas de Ucrania han logrado derribar 13 aviones militares rusos, incluido un notable avión de alerta temprana y control aerotransportado (A-50), un éxito que Kiev califica de «logro sin precedentes». Este avión, destruido lejos del frente, en territorio ruso, ha obligado a Moscú a replantearse el despliegue de estas aeronaves esenciales para el apoyo de sus operaciones aéreas. El comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Kiev, Mikola Oleschuk, informó sobre los primeros éxitos antiaéreos, que comenzaron el mismo día de la retirada de Avdiivka, incluyendo el derribo de cazabombarderos Su-34 y un caza Su-35. Estos aviones han sido clave en las operaciones rusas, especialmente el Su-34, utilizado en la ofensiva terrestre para lanzar bombas guiadas contra las tropas ucranianas. Aunque las pérdidas rusas son significativas, especialmente considerando que su fuerza aérea cuenta con unos 300 aviones de combate de estos modelos, según el Institute for the Study of War (ISW) de Estados Unidos, las fuerzas rusas continúan dispuestas a arriesgar más aviones para lograr avances en Donetsk. Frente a la superioridad aérea rusa, Ucrania ha buscado fortalecer sus capacidades con el apoyo internacional. Países Bajos y Dinamarca se han comprometido a entregar cazabombarderos F-16 a Kiev, una adición que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, espera para mediados de este año. Estos acuerdos incluyen entrenamiento para los pilotos ucranianos y cooperación en mantenimiento y reparación, lo que podría significar un cambio significativo en la dinámica del conflicto. El control del espacio aéreo es crucial para el futuro del conflicto en Ucrania. Como afirmó el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, el control del cielo es determinante para el resultado de la guerra. Con los nuevos desarrollos en el frente aéreo y el apoyo internacional, Ucrania se prepara para enfrentar los desafíos futuros en su lucha por la soberanía y la integridad territorial.

En el frente este de Ucrania, la situación en tierra presenta desafíos para Kiev, que ha visto cómo sus tropas han tenido que ceder terreno a las fuerzas rusas tras retirarse de Avdiivka, una ciudad clave en la región de Donetsk, desde el 17 de febrero. Esta retirada marca un punto de inflexión en el conflicto, donde la estrategia defensiva de Ucrania ha tenido que adaptarse ante la escasez de munición de artillería y el desgaste de sus combatientes, especialmente después de una contraofensiva no exitosa en la primavera pasada.

A pesar de estos reveses en tierra, el desempeño de Ucrania en el aire ha sido notablemente exitoso. Desde la retirada de Avdiivka, las defensas antiaéreas de Ucrania han logrado derribar 13 aviones militares rusos, incluido un notable avión de alerta temprana y control aerotransportado (A-50), un éxito que Kiev califica de «logro sin precedentes». Este avión, destruido lejos del frente, en territorio ruso, ha obligado a Moscú a replantearse el despliegue de estas aeronaves esenciales para el apoyo de sus operaciones aéreas.

Papel clave en las operaciones militares

El comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Kiev, Mikola Oleschuk, informó sobre los primeros éxitos antiaéreos, que comenzaron el mismo día de la retirada de Avdiivka, incluyendo el derribo de cazabombarderos Su-34 y un caza Su-35. Estos aviones, especialmente el Su-34, han jugado un papel clave en las operaciones rusas, utilizándolos en la ofensiva terrestre para lanzar bombas guiadas contra las tropas ucranianas.

Aunque las pérdidas rusas son significativas, especialmente considerando que su fuerza aérea cuenta con unos 300 aviones de combate de estos modelos, según el Institute for the Study of War (ISW) de Estados Unidos, las fuerzas rusas continúan dispuestas a arriesgar más aviones para lograr avances en Donetsk.

Frente a la superioridad aérea rusa, Ucrania ha buscado fortalecer sus capacidades con el apoyo internacional. Países Bajos y Dinamarca se han comprometido a entregar cazabombarderos F-16 a Kiev, una adición que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, espera para mediados de este año. Estos acuerdos incluyen entrenamiento para los pilotos ucranianos y cooperación en mantenimiento y reparación, lo que podría significar un cambio significativo en la dinámica del conflicto.

El control del espacio aéreo es crucial para el futuro del conflicto en Ucrania. Como afirmó el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, el control del cielo es determinante para el resultado de la guerra. Con los nuevos desarrollos en el frente aéreo y el apoyo internacional, Ucrania se prepara para enfrentar los desafíos futuros en su lucha por la soberanía y la integridad territorial.

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