A pocos días de las elecciones legislativas en Alemania, el debate económico y la crisis energética marcan la recta final de la campaña. Con un parlamento fragmentado y sin mayorías claras, los principales candidatos, el canciller socialdemócrata Olaf Scholz y el líder conservador Friedrich Merz, han presentado propuestas opuestas para reactivar la economía y definir el futuro del país.
En un reciente debate televisado con Merz, Scholz defendió la creación de un bono “made in Germany” para atraer inversiones extranjeras, además de una reducción del IVA en alimentos y un tope a las tasas por el uso de redes eléctricas para aliviar los costos energéticos. También propuso reformar el freno de la deuda, que limita el endeudamiento anual al 0,35 % del PIB, con el objetivo de facilitar inversiones estratégicas.
Por su parte, Merz, quien lidera las encuestas con un 31% de intención de voto, rechazó estas propuestas y las calificó como una estrategia tradicional de la socialdemocracia basada en el aumento de impuestos, la deuda y el gasto estatal. En su lugar, propuso reducir los impuestos corporativos del 30% al 25% para fortalecer la competitividad empresarial y estimular el crecimiento económico. Además, criticó la política energética del gobierno actual y aseguró que no permitirá el cierre de centrales eléctricas sin alternativas viables.
Un escenario electoral incierto
Los últimos sondeos muestran un panorama fragmentado: la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) se mantiene en tercer lugar con un 20% de apoyo, seguida de los socialdemócratas de Scholz (15%), los Verdes (13%) y La Izquierda (6%).
Las elecciones de este domingo podrían dar inicio a un prolongado proceso de formación de gobierno. Merz ha expresado su intención de establecer una fecha límite para la formación de una coalición antes de Pascua, buscando evitar largos periodos de incertidumbre política. No obstante, la historia reciente sugiere que las negociaciones podrían extenderse durante semanas o incluso meses. En 2017, Angela Merkel tardó seis meses en conformar un gobierno, mientras que en 2021 Scholz necesitó 10 semanas para alcanzar un acuerdo con los Verdes y el FDP.
Aunque la CDU-CSU de Merz encabeza los sondeos, necesitará formar una coalición para alcanzar la mayoría parlamentaria. Una posible opción es una “gran coalición” con el SPD, aunque Scholz ha descartado la posibilidad de formar parte de un gobierno liderado por su rival. Otra alternativa sería una alianza con los Verdes, aunque la CSU, el partido hermano de la CDU en Baviera, ha mostrado reticencia ante esta posibilidad.
El ascenso de la AfD añade incertidumbre al proceso, ya que ningún partido ha expresado su disposición a gobernar con esta formación. A su vez, varias fuerzas menores, como el FDP y el partido de extrema izquierda BSW, luchan por superar el umbral del 5% necesario para obtener representación parlamentaria.