El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente de EE.UU., Donald Trump, han mantenido una conversación telefónica de más de dos horas en la que se acordaron medidas iniciales para avanzar hacia la paz en Ucrania. Según el Kremlin, Putin ha aceptado una suspensión temporal de los ataques rusos a infraestructuras y objetivos energéticos ucranianos durante 30 días, como paso inicial hacia una posible tregua completa. Este acuerdo parcial sustituye, de momento, la propuesta estadounidense respaldada por Kyiv sobre una tregua total durante el mismo periodo.
La Casa Blanca ha informado que ambos líderes coincidieron en comenzar inmediatamente negociaciones técnicas para implementar un alto el fuego marítimo en el Mar Negro y preparar una paz permanente, siendo Oriente Medio la sede de estos encuentros. El Kremlin, a su vez, confirmó que ambas partes intercambiarán este mismo miércoles un total de 350 prisioneros de guerra (175 por cada lado).
Ayuda militar a Ucrania y posibles concesiones territoriales a Rusia
Entre las condiciones rusas mencionadas explícitamente por Moscú figura detener la ayuda militar y el suministro de inteligencia estadounidense hacia Ucrania, aspectos que la Casa Blanca no ha recogido públicamente. Rusia también insiste en abordar «las causas profundas de la crisis», particularmente relacionadas con la expansión de la OTAN, argumento central del Kremlin para justificar la invasión de Ucrania.
La conversación telefónica entre Trump y Putin ha abordado, aunque sin trascender detalles específicos, posibles concesiones territoriales a Rusia, incluida la central nuclear de Zaporiyia, controlada actualmente por las fuerzas rusas. Desde febrero de 2022, Rusia mantiene ocupado alrededor del 18% del territorio ucraniano en las regiones orientales, además de Crimea desde 2014.
Europa, ausente en esta conversación bilateral, observa con cautela este acercamiento, mientras países como Francia y Reino Unido proponen el envío de tropas de paz para garantizar el eventual alto el fuego, algo que Moscú considera una provocación. Alemania, paralelamente, ha aprobado inversiones históricas en defensa ante la incertidumbre generada por el compromiso estadounidense con la OTAN bajo la administración Trump.