El acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y Ucrania sobre la explotación de recursos naturales, entre ellos los codiciacos minerales, marca un nuevo capítulo en las negociaciones para una eventual tregua en el conflicto con Rusia. La Casa Blanca y el gobierno de Volodímir Zelenski pactaron una colaboración que otorga a empresas estadounidenses acceso preferencial a inversiones en el sector minero ucraniano, además de un rol destacado en los proyectos de reconstrucción del país, devastado tras más de tres años de guerra.
La firma del acuerdo, que se concretó tras meses de tensas negociaciones, supone una victoria parcial para Ucrania. Las primeras propuestas de Washington incluían la cesión directa de derechos sobre minerales críticos, como tierras raras, a cambio del supuesto pago de una deuda de 350.000 millones de dólares que Donald Trump reclamó por el apoyo militar prestado durante el gobierno de Joe Biden. Esta cláusula fue finalmente retirada del texto definitivo, lo que Kiev interpreta como un logro significativo.
Pese a conservar la titularidad sobre sus recursos naturales, Ucrania acepta ciertas condiciones que implican una renuncia relativa a su soberanía regulatoria. El acuerdo estipula que, en caso de conflicto entre la legislación nacional y el pacto firmado, prevalecerán los términos del tratado. Esta disposición genera interrogantes sobre el margen de maniobra de futuras administraciones ucranianas.
Puntos clave
Para Estados Unidos, los beneficios son más estratégicos que inmediatos. El acceso a minerales clave permite reducir la dependencia de China, en un contexto de creciente competencia geopolítica. Además, Washington asegura una posición dominante en la reconstrucción ucraniana, excluyendo explícitamente a actores que hayan apoyado a Rusia durante la guerra, como China, según acusan tanto EE. UU. como la Unión Europea.
Sin embargo, el acuerdo no contempla garantías de seguridad para Ucrania. Trump mantiene su intención de trasladar el peso de la defensa europea a los países del continente, y su administración insiste en que la presencia económica estadounidense en Ucrania será disuasiva frente a futuras agresiones.
Zelenski calificó el entendimiento como “equitativo”, aunque persisten dudas sobre su alcance real. No se abordaron cuestiones como la situación de Crimea ni los territorios ocupados por Rusia. El acercamiento personal entre ambos mandatarios podría facilitar futuros avances, pero por ahora, la tregua sigue siendo una meta incierta.