El presidente francés, Emmanuel Macron, ratificó este martes en el Parlamento de Rabat su apoyo a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, al expresar públicamente que Francia visualiza “el presente y el futuro del Sáhara en el marco de la soberanía de Marruecos”. Este respaldo, que Macron ya había comunicado hace meses al rey Mohamed VI, implica también la defensa del plan de autonomía marroquí de 2007 en la ONU, destacando su país esta propuesta como la única solución viable al conflicto de la excolonia española. La postura de Macron fue recibida con una ovación de pie de los parlamentarios marroquíes y marcó un momento cumbre en su visita de Estado.
El presidente francés también reafirmó una alianza económica de envergadura, tras el cierre de acuerdos bilaterales por un valor aproximado de 10.000 millones de euros, que incluye sectores como la energía renovable, la agricultura y proyectos de desalación de agua marina. Estas transacciones económicas consolidan la relación estratégica entre ambos países y prometen un impulso al desarrollo de infraestructuras en el Sáhara Occidental, donde las empresas francesas tendrán un papel destacado. Alstom, la compañía de transporte, recibió un contrato para la construcción de nuevos trenes de alta velocidad, mientras que otras empresas francesas proyectan nuevas inversiones en el país norteafricano.
Equilibrio geopolítico
Macron destacó que esta postura de apoyo a Marruecos no va en detrimento de ningún otro país, en clara referencia a Argelia, aliado del Frente Polisario, que continúa buscando la independencia del Sáhara Occidental. Sin embargo, Macron enfatizó que el enfoque francés se centra en abrir una cooperación renovada con Marruecos y los países del Magreb, con vistas a afrontar retos compartidos, como la inmigración irregular y la seguridad en la región del Sahel.
Durante su discurso, Macron subrayó la relevancia de un pasado colonial común, y mencionó que la historia que une a ambos países invita a un futuro compartido, basado en la colaboración mutua. Además, invitó al rey Mohamed VI a visitar París el próximo año, coincidiendo con el 70.º aniversario del acuerdo que permitió la independencia de Marruecos. Macron planteó esta invitación como una oportunidad para consolidar una relación sin parangón para Francia fuera de la Unión Europea.
En el ámbito cultural, la visita de Macron incluyó la inauguración del Gran Teatro de Rabat, una obra arquitectónica diseñada por Zaha Hadid y cuya construcción culminó hace tres años. Brigitte Macron, junto con Lalla Hasna y personalidades de origen marroquí como Audrey Azoulay, directora de la UNESCO, y la ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, asistieron a la apertura. A su lado se alza la Torre Mohamed VI, el edificio más alto de África, concebido por el arquitecto español Rafael de la Hoz, que completará el perfil arquitectónico de Rabat como símbolo de modernidad bajo el mandato del monarca alauí.