Vox concluye su travesía institucional en el ámbito autonómico y retira su apoyo parlamentario al Partido Popular. Santiago Abascal confirmó este jueves que su formación rompe los pactos con los populares y se aparta de los gobiernos que comparten en Castilla y León, Aragón, Comunidad Valenciana, Extremadura y la Región de Murcia. Esta decisión supone el ocaso de una relación que se ha visto quebrada por la aceptación de los populares del reparto de menores migrantes, buscando aliviar la crisis migratoria que azota a Canarias.
«Es imposible pactar con el que no quiere hacerlo», explicó Abascal para tratar de culpar al PP de haber quebrado la confianza entre ambas formaciones y los acuerdos de gobernabilidad que sustentan a la derecha en cinco importantes ejecutivos territoriales. Al respecto, el líder de Vox apuntó a una «agresión» por parte de Alberto Núñez Feijóo hacia Vox, al entender que el pacto migratorio alcanzado en las últimas horas con el Gobierno dinamita todo entendimiento y por tanto obliga a abandonar las coaliciones y pasar a la oposición.
Línea roja para Vox
La inmigración es un asunto crucial para Vox. Una línea roja inquebrantable que, como se ha demostrado, puede ser la justificación para que la formación ponga punto y final a sus relaciones con el PP. La decisión cuenta con el respaldo del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), el máximo órgano de dirección del partido, reunido este jueves de urgencia y que contó con la presencia de los cuatro vicepresidentes territoriales de Vox: José Ángel Antelo (Región de Murcia), Vicente Barrera (Comunidad Valenciana), Alejandro Nolasco (Aragón) y Juan García-Gallardo (Castilla y León).
Con gesto serio, los vicepresidentes acompañaron a Abascal durante su intervención, en la que el líder de la formación explicó que éstos abandonarán su cargo institucional en las próximas horas, lo comunicarán a los presidentes populares y «pasarán a la oposición» aquellos que cuenten con escaño parlamentario.
La amenaza de Abascal de romper los pactos con Feijóo había ganado fuerza en los últimos días. Abascal había reclamado al PP gestos «políticos y legales» que confirmasen que Alberto Núñez Feijóo se oponía a la estrategia del Gobierno para distribuir a los menores migrantes. Pero el PP ignoró el órdago de Vox, aceptó en bloque el reparto por «solidaridad» interterritorial e incluso comenzó a prepararse este miércoles para gobernar sin Vox. Y así será.