El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha hecho un llamado contundente desde el Parlamento Europeo en Estrasburgo para aumentar la inversión en defensa dentro de la Unión Europea, afirmando que «Europa tiene que armarse para sobrevivir». Este pronunciamiento se produce en un contexto de crecientes tensiones internacionales, con el tercer aniversario de la invasión rusa a Ucrania y el impacto de las políticas aislacionistas del presidente estadounidense Donald Trump. Tusk destacó que Europa debe asumir su propia seguridad, evitando depender excesivamente de Estados Unidos.
Polonia, que actualmente lidera la presidencia semestral del Consejo de la UE, ha priorizado la seguridad externa e interna, con iniciativas como proyectos militares y políticas migratorias más restrictivas. El país, que ya dedica un 4,26% de su PIB a defensa, tiene previsto aumentar esa cifra al 4,7% en 2025, situándose como líder en gasto militar dentro de la OTAN. Mientras tanto, otros países europeos como España, que apenas alcanzan el 1,38% de inversión militar, están bajo presión para incrementar su compromiso, especialmente ante las demandas de Trump, quien aboga por un umbral mínimo del 5% del PIB.
Propuestas
Tusk ha propuesto un mecanismo de financiación común europeo, similar a los eurobonos emitidos durante la pandemia de COVID-19, para apoyar el aumento en el gasto de defensa. Sin embargo, esta idea enfrenta resistencia de algunos gobiernos, como Alemania y Países Bajos, aunque países tradicionalmente austeros como Dinamarca han mostrado un cambio de postura. Además, la Comisión Europea está trabajando en propuestas para coordinar inversiones conjuntas y fortalecer la infraestructura militar.
El primer ministro polaco también ha criticado la agenda verde de la UE, señalándola como un factor en los altos costos energéticos y una amenaza para la competitividad europea frente a potencias como Estados Unidos y China. Estas declaraciones reflejan el giro del Partido Popular Europeo hacia posiciones más críticas con las regulaciones climáticas, alineándose en algunos casos con posturas de la ultraderecha.
En el plano político, Tusk enfrenta desafíos internos, como las elecciones presidenciales de mayo de 2025 en Polonia, donde buscará frenar el avance de la extrema derecha. Durante su discurso, advirtió sobre los riesgos de ceder poder a partidos ultraconservadores, tanto a nivel nacional como europeo, destacando su compromiso con la defensa de los valores democráticos y europeos.