Rusia ha emitido una amenaza contundente hacia la Unión Europea (UE) en respuesta a los planes del bloque para utilizar activos rusos congelados en beneficio de Ucrania. La Comisión Europea tiene previsto presentar un ambicioso plan que involucra la confiscación de estos activos congelados para financiar la compra de armas destinadas a apoyar militarmente a Ucrania, una medida que ha suscitado reacciones agresivas desde Moscú. Según las autoridades rusas, tal acción equivaldría a un «robo» y podría desencadenar décadas de litigios legales.
La situación ha alcanzado un punto crítico en el que la UE se enfrenta a la posibilidad de enfrentar una prolongada batalla legal con Rusia si sigue adelante con su plan de utilizar los activos congelados. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha advertido sobre el potencial daño económico y reputacional que esto podría causar a la UE, enfatizando que aquellos involucrados en la toma de tales decisiones podrían convertirse en objeto de acciones judiciales durante muchos años.
Las tensiones entre la UE y Rusia se han intensificado a medida que se acerca la fecha para la cumbre del bloque donde se discutirán estos temas. Mientras tanto, María Zajárova, portavoz de la diplomacia rusa, ha denunciado la iniciativa de la UE como un acto de «bandidaje» y «robo», subrayando la profunda brecha ideológica entre las dos partes.
La Comisión Europea sigue con su plan
La Comisión Europea, sin embargo, parece decidida a seguir adelante con su plan. Se espera que una parte significativa de los ingresos generados por los activos congelados, estimados en alrededor de 3.000 millones de euros para el año 2024, se utilicen para apoyar militarmente a Ucrania a partir de julio de ese año.
Este movimiento ha generado preocupaciones entre algunos países miembros de la UE, quienes temen que la medida pueda crear un precedente indeseado en los mercados financieros y desencadenar repercusiones legales impredecibles en el futuro.
En última instancia, la situación plantea desafíos significativos para la UE en términos de equilibrar sus intereses estratégicos con Rusia y su compromiso con el apoyo a Ucrania en medio de un conflicto prolongado y en curso.