Las fuerzas israelíes enfrentan a Hezbolá en duros combates terrestres en el sur de Líbano, lo que ha resultado en la muerte de ocho soldados israelíes este miércoles. La escalada de violencia se produce tras el ataque iraní del día anterior con 180 misiles, en respuesta a la cual el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que Teherán «pagará por ello». Las tropas israelíes, apoyadas por la aviación, han eliminado a varios combatientes de Hezbolá en enfrentamientos directos. Además, se ha desmantelado parte de la infraestructura del grupo chií en la zona de la incursión.
El conflicto comenzó apenas dos días después de que Israel lanzara su ofensiva terrestre en el sur del Líbano. El ejército israelí ha enviado más tropas a la región, incluyendo una división de infantería, una brigada blindada y soldados de la reconocida Brigada Golani. A estas fuerzas se suma la 98 División de élite, la misma que operó en Gaza. La expansión de la operación militar ha intensificado los enfrentamientos con milicianos de Hezbolá, quienes han lanzado repetidos ataques con misiles hacia territorio israelí, particularmente sobre Haifa y localidades fronterizas.
Los combates también han provocado una nueva oleada de evacuaciones en el sur de Líbano, con el ejército israelí ordenando la retirada de unos 25 pueblos. Mientras tanto, Israel sigue bombardeando objetivos en el barrio chií de Dahiye, en Beirut, donde el miércoles se observaron daños significativos en zonas residenciales. A pesar de los ataques, no se ha informado de víctimas civiles en Beirut, aunque la situación sigue siendo tensa en la capital libanesa.
Respuesta de Irán
Por su parte, Irán ha continuado criticando la presencia militar de Estados Unidos y de algunos países europeos en Oriente Medio, acusándolos de ser los responsables de la inestabilidad en la región. El líder supremo iraní, Alí Jamenei, afirmó que los problemas de la zona «provienen de aquellos que dicen abogar por la paz», en referencia a las potencias occidentales.
En paralelo, los hutíes de Yemen, aliados de Irán, han reivindicado el lanzamiento de tres misiles Quds 5 contra posiciones israelíes, un ataque que no ha sido confirmado por las autoridades israelíes. En respuesta, Israel bombardeó nuevamente la ciudad portuaria yemení de Hodeida, intensificando así la dimensión internacional del conflicto.
Los enfrentamientos en el sur de Líbano, sin embargo, no son el único frente abierto por Israel. En Gaza, las operaciones contra Hamás continúan, con al menos 22 personas fallecidas en un ataque israelí contra una escuela que albergaba a desplazados. Otros bombardeos han impactado en una residencia de huérfanos, causando más víctimas civiles, lo que añade una carga humanitaria a la crisis.