José Alberto Mujica Cordano, expresidente de Uruguay y figura emblemática de la izquierda regional, falleció este martes a los 89 años tras una prolongada lucha contra el cáncer. La noticia fue confirmada por el actual mandatario uruguayo, Yamandú Orsi, quien destacó su legado político y humano. Mujica, conocido mundialmente como un símbolo de la austeridad y la coherencia vital, vivió sus últimos días en su chacra de Rincón del Cerro, el mismo refugio rural en el que residió tras su salida de la presidencia.
Nacido en Montevideo en 1935, Mujica creció en una familia humilde y desde joven se involucró en las luchas sociales. En la década de 1960 se integró al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla urbana que lo llevaría a pasar casi 15 años en prisión, incluyendo siete en condiciones extremas durante la dictadura militar. De aquellos años surgió una resiliencia profunda que marcaría su discurso y su visión del poder.
Impacto social
Tras la restauración democrática, fue electo diputado, senador y finalmente presidente entre 2010 y 2015. Durante su mandato impulsó reformas de fuerte impacto social como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación del cannabis. Su estilo de vida sencillo, sin ostentaciones ni privilegios, atrajo la atención internacional y lo convirtió en una figura admirada incluso fuera del ámbito político.
Mujica cultivó relaciones cercanas con líderes como Lula da Silva y Barack Obama, aunque nunca dejó de criticar el consumismo global y las desigualdades estructurales. Rechazó la glorificación de su figura y se mostró siempre escéptico ante los relatos heroicos. “Moriré feliz”, dijo meses antes de su muerte, “porque viví con sentido”.
Hasta sus últimos días, siguió defendiendo la importancia de vivir con sobriedad, de pensar críticamente y de actuar con compromiso ético. Su esposa y compañera de lucha, Lucía Topolansky, lo acompañó hasta el final. Como expresó en su despedida, Mujica eligió descansar “debajo de la secuoya grandota”, en la chacra que fue su mundo.