En una sesión marcada por la tensión y las emociones, el Congreso aprobó finalmente este jueves la ley de amnistía que beneficiará a cientos de políticos y activistas catalanes encausados por el procés independentista. La controvertida norma recibió 177 votos a favor y 172 en contra, con el apoyo de la izquierda y el nacionalismo, y la oposición de PP, Vox, CC y UPN.
La aprobación de la ley se produjo tras cinco meses y medio de difíciles negociaciones y un accidentado proceso parlamentario. La extrema derecha, representada por Vox, intentó boicotear el pleno mediante gritos e insultos a los miembros del Gobierno, sin éxito. El PSOE adoptó un perfil bajo durante el debate, delegando la defensa de la ley a un diputado poco conocido y con la ausencia notable del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien solo apareció minutos antes de la votación.
Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, criticó duramente la ley, describiéndola como «el acta de defunción del PSOE» y calificando al presidente Sánchez de «cobarde» por su tardía aparición en el pleno. A pesar de los intentos de provocación de Vox, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, optó por reprimendas verbales en lugar de expulsar a los diputados más disruptivos.
Reacciones de los grupos políticos
La aprobación de la ley se celebró con entusiasmo por los grupos independentistas catalanes, quienes vieron en ella una victoria significativa. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, declaró que la amnistía representa «la primera derrota del régimen del 78» y proclamó «próxima parada, referéndum». Míriam Nogueras, de Junts, enfatizó que «la lucha continúa» y subrayó que la amnistía es una medida de reparación, no de pacificación.
Por otro lado, los nacionalistas vascos y gallegos aprovecharon la ocasión para recordar sus propias demandas pendientes. Jon Iñarritu, de EH Bildu, denunció la «represión desmedida» contra el movimiento independentista catalán, mientras que Mikel Legarda, del PNV, describió los eventos de 2017 como una «crisis constitucional por el derecho a decidir». Néstor Rego, del BNG, criticó el «severo déficit democrático» de España.
Impacto y futuro
La aprobación de la ley de amnistía en el Congreso marca el cierre de un ciclo conflictivo pero no resuelve el llamado «conflicto catalán». Los discursos de los líderes independentistas y nacionalistas reflejan una determinación a seguir adelante con sus respectivas luchas por la autodeterminación y una mayor democratización del Estado. La reacción de los jueces ante la nueva ley es ahora un punto crucial a observar, con incertidumbres sobre cómo se implementará y si habrá intentos de bloquearla desde el ámbito judicial.
Al final de la sesión, el resultado de la votación fue recibido con aplausos moderados desde los bancos del Gobierno, mientras que en la tribuna de invitados, figuras clave del independentismo catalán, como Oriol Junqueras y Jordi Turull, celebraban emocionados este hito legislativo.