Este jueves, en Múnich, un automóvil embistió a una manifestación sindical organizada por el sindicato Verdi, resultando en al menos 28 personas heridas, algunas de ellas de gravedad, incluidos menores de edad. El incidente ocurrió alrededor de las 10:30 horas en el centro de la ciudad, cuando un vehículo Mini Cooper aceleró y arrolló a los participantes de la protesta. El conductor, un solicitante de asilo afgano de 24 años con antecedentes por delitos menores, fue detenido en el lugar por la policía tras realizar disparos para inmovilizarlo.
Las autoridades locales sospechan que se trata de un ataque deliberado. El presidente del Estado Libre de Baviera, Markus Söder, declaró: «Se sospecha que se trata de un ataque». Añadió que es imperativo que Alemania implemente cambios significativos en sus políticas de seguridad e inmigración para prevenir futuros incidentes similares.
Este suceso se produce a pocos días de las elecciones legislativas del 23 de febrero, en un contexto marcado por debates intensos sobre inmigración y derecho de asilo en Alemania. El canciller federal, Olaf Scholz, enfatizó que quienes cometan delitos en el país se castigarán de manera severa y enfrentan la posibilidad de recibir expulsión tras cumplir su condena.
Contexto geopolítico
El ataque también ocurre en vísperas de la Conferencia de Seguridad de Múnich, un evento anual que reúne a líderes internacionales para discutir asuntos de política exterior y seguridad. Se espera la asistencia de figuras destacadas como el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El sindicato Verdi expresó su conmoción por el incidente y condenó enérgicamente el acto violento contra sus miembros. La policía de Múnich ha solicitado la colaboración de testigos para esclarecer los detalles del suceso en la manifestación accidentada y ha desplegado un amplio dispositivo de seguridad en la zona.
Este incidente se suma a una serie de ataques recientes en Alemania, algunos perpetrados con vehículos contra multitudes, lo que ha intensificado el debate público sobre las políticas de inmigración y seguridad en el país. Partidos políticos como la Unión Democristiana (CDU) y la extrema derecha AfD abogan por un endurecimiento de las leyes de inmigración y asilo, argumentando que es necesario para garantizar la seguridad nacional y responder a las preocupaciones de la ciudadanía.