El 20 de enero, Donald Trump retomó la presidencia de los Estados Unidos y marcó un nuevo rumbo político firmando 41 órdenes ejecutivas. Estas abarcan una variedad de temas que van desde la inmigración y la energía hasta políticas culturales y de justicia. La mayoría de estas medidas revocan políticas de su predecesor, Joe Biden, mientras refuerzan su visión de «América Primero». Aquí se destacan los puntos clave:
Emergencias declaradas y revocaciones significativas
Trump declaró dos emergencias nacionales: una en la frontera con México y otra en el sector energético. La primera le permite movilizar al ejército y tomar medidas rápidas para controlar la inmigración, mientras que la segunda busca agilizar los permisos para proyectos de combustibles fósiles. Por otro lado, revirtió 78 órdenes ejecutivas de Biden, incluyendo regulaciones medioambientales y protecciones a la diversidad e inclusión.
Migración y fronteras
El tema migratorio ocupa un lugar central. Se cancelaron solicitudes de asilo, se reactivó el programa «Quédate en México» y se ordenó «sellar» las fronteras mediante personal militar, tecnología y un muro físico. Estas acciones van acompañadas de una moratoria para refugiados y una orden para evaluar posibles prohibiciones de ingreso basadas en el origen nacional.
Políticas energéticas y climáticas
En su primera jornada, Trump anunció la retirada del Acuerdo de París y suspendió proyectos de energía eólica, priorizando la extracción de petróleo y gas, en especial en Alaska. También eliminó límites a las emisiones contaminantes y desmanteló políticas de transición hacia energías limpias.
Reformas culturales y políticas sociales
Medidas como la supresión de programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y el reconocimiento exclusivo de dos géneros marcan un giro conservador en las políticas federales. Además, se revocaron protecciones laborales de funcionarios públicos y se reintrodujeron esquemas para facilitar despidos en la administración pública.
Justicia y asalto al Capitolio
El indulto general otorgado a más de 1.500 personas implicadas en el asalto al Capitolio ha generado críticas, pues refuerza su narrativa de persecución política. Simultáneamente, ordenó investigar a funcionarios que lo investigaron durante su anterior mandato.
Las órdenes ejecutivas de Trump refuerzan un enfoque nacionalista y conservador, buscan desmantelar gran parte del legado de Biden y promueven una mayor centralización del poder ejecutivo en áreas clave.