En un fallo crucial para el futuro procesal de Donald Trump, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha determinado que los presidentes gozan de inmunidad penal parcial por los actos realizados en el ejercicio de su cargo. La decisión, apoyada por la mayoría conservadora del tribunal, representa un claro triunfo para el expresidente, complicando las acusaciones en su contra y logrando dilatar el proceso judicial.
El Tribunal Supremo sostiene que los presidentes tienen derecho a una inmunidad absoluta de enjuiciamiento penal por acciones dentro de su autoridad constitucional, además de una inmunidad presunta para todos sus actos oficiales. No obstante, no se concede inmunidad por actos no oficiales. La sentencia anula fallos de tribunales inferiores que negaban inmunidad a Trump, y remite el caso para que se decida conforme a los nuevos criterios establecidos.
Donald Trump celebró la decisión en su red social, calificándola como una «gran victoria para nuestra Constitución y democracia.» Este fallo llega a solo cuatro meses de las elecciones en las que Trump aspira a regresar a la Casa Blanca, y pocos días después de un debate que ha cuestionado el estado de forma del actual presidente, Joe Biden.
La sentencia, redactada por el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, destaca que la inmunidad se aplica por igual a todos los presidentes, sin importar su política o partido. El caso se remite ahora a la jueza federal que lo instruye, quien deberá determinar cuáles actos de Trump fueron oficiales y cuáles no. La decisión del Supremo blinda las comunicaciones entre Trump y su fiscal general, y sus interacciones con el vicepresidente Mike Pence relacionadas con la certificación de la victoria de Biden.
Recorrido jurídico de Trump
Las juezas progresistas expresaron su desacuerdo vehemente, argumentando que la decisión de conceder inmunidad penal a los expresidentes desafía el principio de que nadie está por encima de la ley.
Mientras se tramitaba este caso, Trump se convirtió en el primer expresidente declarado culpable en un juicio penal, a la espera de condena por delitos de falsificación de registros relacionados con pagos a la actriz de cine porno Stormy Daniels. Este fallo no afecta dicha condena, pero tiene implicaciones inciertas para otros procesos abiertos contra Trump, incluyendo la retención de documentos confidenciales en su mansión de Mar-a-Lago y los intentos de revertir su derrota electoral en Georgia.
Este caso histórico establece precedentes significativos para el poder presidencial en el futuro, siendo la primera vez que el Supremo se pronuncia sobre la imputación de un expresidente. Según el juez Brett Kavanaugh, este caso tiene «enormes implicaciones para la presidencia, para el futuro del país.»
Antes de este fallo, tanto la jueza federal Tanya Chutkan como el Tribunal de Apelaciones rechazaron la inmunidad de Trump. Argumentaron que ser presidente no confiere un «salvoconducto de por vida para salir de la cárcel,» comparando la situación con el caso Watergate, donde el presidente Gerald Ford concedió un indulto completo al expresidente Richard Nixon para evitar su acusación.