Si hay un país al que lo ocurrido en 2022 le ha influido, ese es Finlandia. La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, ha tenido un año en clave internacional completo. Una de las aristas del complejo cuadro diplomático finlandés y su situación geopolítica es su relación con Rusia. La guerra abierta en Ucrania y el miedo a una escalada bélica con el país vecino presidido por Vladimir Putin, ha llevado a Marin y su gobierno a pedir formalmente el ingreso de Finlandia en la OTAN, algo que no ha sido bien recibido en Rusia.
La socialdemocracia europea puede presumir de cierto músculo. Igual que lo hacen António Costa, en Portugal, Pedro Sánchez, y Olaf Scholz, en Alemania, Sanna Marin representa una de las caras mas visible de la socialdemocracia de la Unión Europa. Más allá de fronteras europeas, la imagen de Sanna Marin tiene una respetada imagen internacional.
En cuanto al perfil de Sanna Marin, tras haberse convertido en la política más joven en la historia su país y representa el futuro de la Unión Europea. Fue elegida con 34 años en diciembre de 2019, como una de los rostros más representativos del ala más ecologista y progresista del partido socialista finlandés. Aunque de manera efímera tras su victoria en las elecciones de 2019, anteriormente ocupó el cargo de Presidenta de turno del Consejo de la Unión Europea.
Liderazgo femenino en el plano internacional
En tiempos convulsos, los ciudadanos del mundo confían en el liderazgo femenino. Un informe elaborado por la consultora Thinking Heads a partir de cerca de 25.000 valoraciones recogidas por todo el mundo, coloca a Marin en la cabeza del ranking de personalidades políticas mejor valoradas del mundo. Amplían la lista con la neozelandesa, Jacinda Ardern, la danesa Mette Frederiksen y su vecina sueca, Magdalena Andersson.
Un informe elaborado por la consultora Thinking Heads a partir de cerca de 25.000 valoraciones recogidas por todo el mundo, coloca a Marin en la cabeza del ranking de personalidades políticas mejor valoradas del mundo.
Finlandia ha tenido que lidiar en un año convulso con distintas crisis derivadas de la guerra en Ucrania. Al reducir la dependencia de Rusia, al igual que el resto de sus socios europeos, la economía del país nórdico ha tenido que buscar alternativas a los ingresos que recibía por parte de Rusia.
Al igual que Suecia, el país comandado por Sanna Marin ha solicitado formalmente el ingreso en la OTAN. Un movimiento que ha tenido sus réplicas en Rusia, que contempla el movimiento como una amenaza. Un cambio de era en toda regla ya que el tablero geopolítico se ha visto alterado desde el inicio de la invasión.