Pakistán respondió con un bombardeo en suelo iraní a un ataque con misiles realizado por Teherán en territorio paquistaní. El ataque pakistaní, denominado «Marg Bar Sarmachar» («Muerte a los guerrilleros»), tuvo como objetivo grupos armados en la región que separa ambos países. Al menos nueve personas de nacionalidad extranjera perdieron la vida en las explosiones.
El vicegobernador de la provincia afectada en Irán, Alireza Marhamati, informó sobre las explosiones en dos aldeas, mientras que Pakistán justificó su acción señalando la presencia de terroristas en suelo iraní. El Frente de Liberación de Baluchistán (BLF), grupo insurgente baluchi atacado por Pakistán, negó bajas entre sus filas y amenazó con venganza.
Escalada de tensiones en la región
Irán condenó enérgicamente el bombardeo y exigió explicaciones inmediatas a Pakistán. Esta escalada de tensiones resultó en la retirada del embajador pakistaní en Teherán y la prohibición del regreso del enviado iraní a Islamabad. Irán anunció maniobras militares a gran escala en la frontera, generando preocupaciones internacionales.
China, aliado de ambas naciones, instó a evitar acciones que conduzcan a una escalada de tensión, mientras que Estados Unidos denunció la violación de fronteras soberanas por parte de Irán. La crisis en la frontera entre Pakistán e Irán ha generado preocupación a nivel internacional, sumándose a las tensiones derivadas de otros conflictos en la región. Mientras China, aliado estratégico de ambas naciones, hace un llamado a la contención, Estados Unidos denuncia la violación de fronteras soberanas por parte de Irán.
La situación se complica con la escalada de tensiones entre Israel y Hamás, afectando a países vecinos y amenazando rutas comerciales marítimas. La retirada de embajadores y las maniobras militares anunciadas por Irán aumentan la incertidumbre sobre el futuro de las relaciones entre ambos países y sus repercusiones a nivel global.