La primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, cumple su primer mes al frente del número 10 de Downing Street con ciertas turbulencias. Su ambicioso plan de rebajas fiscales por la alta inflación de la isla británica ya le ha costado la destitución de su ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, ahora sustituido por Jeremy Hunt. Los mercados reaccionaron de manera inmediata al plan fiscal de Truss anunciado hace más de un mes. El caos se apoderó de las bolsas y la premier ha tenido que recular la mayoría de medidas anunciadas, entre las que se encontraba la mayor bajada de impuestos en medio siglo.
Con la llegada del nuevo ministro de Economía, Jeremy Hunt, Liz Truss busca contentar a los mercados con una vuelta de tuerca del plan anunciado en septiembre. La rebaja histórica de impuestos del nuevo Gobierno británico desató la inquietud y hundió el valor de la libra, que descendió a su valor más bajo frente al dólar de los últimos 37 años.
Un plan fiscal, una destitución
Hunt, designado el pasado viernes tras el cese de Kwasi Kwarteng, ha anunciado este lunes el desmantelamiento prácticamente total del plan de rebajas fiscales y gasto público anunciado por el Gobierno británico el pasado mes de septiembre al revertir casi todas las rebajas de impuestos anunciadas y recortar el alcance de los planes de gasto, incluido el tope aplicado a los precios de la energía para los consumidores.
«No es adecuado endeudarse para financiar el plan del Gobierno de rebajar al 19 por ciento el impuesto sobre la renta en abril de 2023 en un momento en el que los mercados nos demandan compromisos con la sostenibilidad de las finanzas públicas, por lo que el gravamen se mantendrá en el 20 por ciento de manera indefinida hasta que las circunstancias económicas permitan recortarlo», ha anunciado Hunt.
El Partido Conservador en las encuestas
La marcha atrás del plan fiscal de Liz Truss asegura la permanencia de la primera ministra en el cargo, pero la rebelión interna del Partido Conservador amenaza con agravar la crisis de sus primeros pasos al frente del 10 de Downing Street. «Todos los cambios se han diseñado para proporcionar confianza y estabilidad», aseguró el nuevo ministro de Economía.
El nuevo liderazgo del Reino Unido no parece remontar la popularidad del Partido Conservador. Los últimos sondeos colocan en primer lugar al Partido Laborista, como la opción ganadora de unas hipotéticas elecciones parlamentarias, si se celebrasen en medio de la actual crisis. El partido de Keir Starmer aventajaría en casi 40 puntos a los conservadores, tal y como recoge Electomania.