Giorgia Meloni se ha presentado en el Parlamento de Italia, junto a su nuevo gobierno, con un discurso en el que ha reafirmado su compromiso con la Unión Europea y la OTAN. La italiana tiene cinco años por delante tras ganar las últimas elecciones. Lo hará en un Ejecutivo formado con el apoyo de su partido Hermanos de Italia, junto a Forza Italia, de Silvio Berlusconi y la Liga, liderada por Matteo Salvini, así como inclusión de los tres partidos en el gobierno de coalición.
Europa fue uno de los pasajes centrales del discurso de Meloni. Consciente de ello por la incertidumbre de la será su línea política, la primera ministra recalcó la necesidad «hacer oír fuerte la voz de Italia como le toca a una nación fundadora». Meloni ha rechazado las informaciones que apuntaban hacia un euroescepticismo del nuevo Ejecutivo italiano.
Es más, la mandataria ha apuntado que el objetivo de su gobierno no será «frenar o sabotear la UE sino hacerla más eficaz en la respuesta a las crisis». «La UE no es un círculo de élite con miembros de Serie A y de Serie B, o una Junta Directiva que debe mantener las cuentas en orden, sino una casa común para afrontar retos que los estados miembros difícilmente pueden afrontar solos», añadió Meloni, tal y como recoge El Mundo.
Primera mujer en gobernar Italia
La mandataria, que afirmó que siente el peso de ser la primera mujer en gobernar Italia y agradeció a todas aquellas “que pasan por dificultades para hacer valer su talento”, abogó por incentivos para el empleo femenino, además de avanzar una “revolucionaria” amnistía fiscal y proponer una de sus medidas estrella, la reforma electoral.
Respecto a la OTAN, Meloni ha reafirmado su compromiso con la Alianza Atlántica «a partir del apoyo al valiente pueblo ucraniano que se opone a la invasión de la Federación rusa”, ha expresado. Para despejar dudas sobre la línea ideológica que va a seguir a partir de ahora, fue elocuente: «Nunca he tenido simpatía por ningún régimen antidemocrático, fascismo incluido».
Uno de los desafíos más inmediatos con el que tendrá que lidiar el gobierno de Meloni es la cuestión energética. En este punto la primera ministra italiana señaló que «ceder al chantaje de Putin» no sería una solución conveniente, sino que «agravaría el problema».