La Fiscalía Anticorrupción ha solicitado penas de prisión significativas para José Luis Ábalos, exministro de Transportes, y para varios de sus colaboradores, como resultado de una investigación sobre contratos de material sanitario adjudicados durante la pandemia. El fiscal jefe, Alejandro Luzón, pide 24 años de cárcel para Ábalos, alegando delitos de organización criminal, cohecho continuado, tráfico de influencias, malversación y uso de información privilegiada. A su vez, Koldo García, antiguo asesor y hombre de confianza de Ábalos, se enfrenta a una petición de 19 años y medio de prisión, mientras que para Víctor de Aldama, comisionista y supuesto facilitador de los contratos, se piden siete años de cárcel, multas millonarias y la imposibilidad de acceder a contratos públicos por un periodo determinado.
Según el escrito fiscal, desde la llegada al Gobierno de Pedro Sánchez en 2018, Ábalos, García y Aldama habrían articulado una estructura para beneficiar económicamente a través de contratos públicos a empresas afines, especialmente en contextos de emergencia sanitaria. Las relaciones entre los implicados, fortalecidas tras un viaje conjunto a México, se utilizaron para establecer un reparto de funciones que permitió la adjudicación de contratos bajo condiciones ventajosas a cambio de pagos y otras prebendas. Víctor de Aldama, respaldado por conexiones en el entorno político y empresarial, facilitó el acceso a dichos contratos, mientras que Koldo García actuaba como figura clave en la gestión y ejecución de las operaciones, posicionándose como “alter ego” de Ábalos tanto en ámbitos lícitos como ilícitos.
Estructura y apoyos
El fiscal detalla que la organización, concebida con ánimo de permanencia, habría operado hasta la salida de Ábalos del Gobierno en 2021. La estructura contaba con apoyos puntuales de funcionarios y otros actores, si bien la investigación se ha centrado en el núcleo directivo del esquema. Los hechos han motivado también la solicitud de indemnizaciones superiores a 39.500 euros para las empresas públicas afectadas.
El juez ha decidido dejar en libertad a Santos Cerdán, quien en su momento recomendó la contratación de Koldo García, aduciendo que ya no existe riesgo de destrucción de pruebas. Paralelamente, se investiga la posible implicación de otros funcionarios y familiares en la trama, con causas abiertas en la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, dada la condición de aforado de José Luis Ábalos.
En suma, el caso expone los desafíos que enfrenta el sistema institucional español para combatir la corrupción en la gestión de recursos públicos, especialmente en momentos de emergencia. Las figuras implicadas representan focos de responsabilidad personal en la adjudicación y supervisión de contratos, resaltando la importancia de la vigilancia judicial y fiscal ante posibles abusos de poder.






