Los triglicéridos elevados en sangre, una condición conocida como hipertrigliceridemia, representan un riesgo significativo para la salud. Según el Doctor José María Mostaza, especialista en medicina interna y director de la Unidad de Riesgo Vascular del centro médico-quirúrgico Olympia Quirónsalud, tener triglicéridos por encima de los niveles normales puede desencadenar diversas complicaciones, desde enfermedades vasculares hasta la peligrosa inflamación del páncreas conocida como pancreatitis.
La hipertrigliceridemia se define generalmente como tener niveles de triglicéridos superiores a 200 mg/dL. Cuando se supera este umbral, aumenta la probabilidad de sufrir problemas vasculares futuros, como infartos de miocardio, ictus, angina de pecho o dificultades de circulación en las extremidades inferiores. «El riesgo no se presenta solo. Con frecuencia, los triglicéridos altos están acompañados de obesidad, hipertensión arterial y diabetes, creando un cóctel que incrementa las probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares», advierte el doctor.
En este sentido, el experto afirma que el problema se agrava cuando los niveles de triglicéridos superan los 500 mg/dL. En estos casos, además del riesgo vascular, se eleva la posibilidad de padecer una pancreatitis. Este trastorno es una inflamación aguda del páncreas, el órgano responsable de producir insulina, y puede derivar en una emergencia médica que requiere hospitalización inmediata.
«Las pancreatitis agudas no son un asunto menor,» subraya el Doctor Mostaza. «La inflamación del páncreas puede tener consecuencias graves, tanto en el corto como en el largo plazo. En casos extremos, puede comprometer la vida del paciente.»
Para el Doctor José María Mostaza, es esencial implementar cambios en el estilo de vida para reducir los niveles de los triglicéridos altos. Así, recomienda un enfoque integral que combine dieta, ejercicio físico y control de peso:
- Dieta baja en grasas y azúcares simples: alimentos como el azúcar refinado, mermeladas, pasteles y bollería industrial deben evitarse estrictamente. El alcohol también está muy implicado en el aumento de triglicéridos en sangre.
- Ejercicio físico diario: actividades como caminar, nadar o realizar ejercicios aeróbicos ayudan a quemar los triglicéridos acumulados en el organismo.
- Control del peso: alcanzar y mantener un peso ideal es importante para reducir el impacto de la hipertrigliceridemia.
En ciertos casos, puede ser necesario recurrir a medicamentos específicos. Estas terapias están dirigidas a disminuir el riesgo de pancreatitis y a prevenir complicaciones vasculares a largo plazo.
En un contexto en el que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de mortalidad global, la educación sobre los riesgos de la hipertrigliceridemia es más importante que nunca. “Detectar los triglicéridos altos a tiempo y adoptar medidas correctivas no solo protege contra complicaciones graves, sino que también mejora la calidad de vida de quienes están en riesgo”, señala el Dr. Mostaza.
La clave, concluye el director de la Unidad de Riesgo Vascular de Olympia, está en no esperar a que los síntomas se manifiesten. «Los triglicéridos elevados rara vez presentan señales visibles hasta que el daño ya está hecho. Por eso, la prevención, mediante chequeos regulares, es esencial para garantizar una vida saludable y sin complicaciones.»