Hospital Universitario Infanta Elena

Solo un 40% de los pacientes que sufre fracturas por fragilidad ósea recupera su autonomía e independencia anteriores

La prevención de la osteoporosis en el paciente mayor es fundamental por las consecuencias potencialmente debilitantes que desencadena en este segmento de la población

El mejor entrenamiento para pacientes con osteoporosis consiste en la combinación de diferentes tipos de ejercicio físico, incluyendo ejercicios de fuerza muscular, resistencia, equilibrio y agilidad.

La osteoporosis, enfermedad caracterizada por la disminución de la masa ósea y el deterioro de la microarquitectura del tejido óseo, conlleva un aumento de la fragilidad del hueso y, por tanto, del riesgo de fracturas, constituyendo actualmente la principal causa de fractura por fragilidad ósea. Un escenario en el que garantizar un buen abordaje de la patología resulta fundamental, ya tan solo un 40 por ciento de los pacientes que ha sufrido una fractura por este motivo recuperan su anterior autonomía e independencia. Bajo este compromiso, el Hospital Universitario Infanta Elena, hospital público de la Comunidad de Madrid, organizó recientemente su I Jornada de Fragilidad Ósea, con el objetivo de actualizar el abordaje de este problema y compartir las diferentes visiones de la fragilidad ósea de una forma multidisciplinar.

“La importancia de la colaboración entre especialidades para el abordaje de la patología es clave, motivo por el que la jornada ha estado dirigida a todos los profesionales implicados en la osteoporosis, desde Atención Primaria a traumatólogos, rehabilitadores y geriatras, entre otros facultativos”, comparte la Dra. Celia Arconada, especialista del Servicio de Reumatología del hospital valdemoreño.

Diagnóstico y tratamiento colaborativo

Ante una sospecha de fragilidad ósea, en primera instancia, es el Servicio de Reumatología el que se encarga de analizar el riesgo de fractura mediante una densitometría, prueba que permite conocer la fuerza y la densidad de los huesos y llevar a cabo una valoración de la osteoporosis. “En el Servicio de Traumatología de nuestro hospital, nos encontramos pacientes que ya han sufrido una fractura y suelen necesitar tratamiento quirúrgico, ya que, al tratarse de un hueso de menor calidad, se produce mayor conminución y desplazamiento”, expone por su parte la Doctora Raquel Serrano,especialista de este servicio en el centro hospitalario.

Tratamientos

En cuanto al tratamiento de la fragilidad ósea, recae en los servicios de Endocrinología y Rehabilitación, que en el Hospital Universitario Infanta Elena mantienen siempre un trabajo y enfoque colaborativo.

Por un lado, tal y como indica la Doctora Teresa Montoya, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del hospital, la prescripción por parte del endocrino de suplementación de vitamina D ha demostrado tener efectos óseos positivos en la población general; concretamente, mejora la salud ósea y reduce el riesgo de fractura. Este tipo de tratamientos está dirigido al paciente mayor de 65 años y personas institucionalizadas, aquellos en tratamiento para la osteoporosis, y paciente mayor con elevado riesgo de caídas. Y es que “España es el tercer país europeo con mayor prevalencia de deficiencia de vitamina D, a pesar de ser fundamental para garantizar una adecuada mineralización ósea”, apunta.

Por otro lado, el Servicio de Rehabilitación tiene el componente educacional como objetivo principal, desde el cual se dan pautas y recomendaciones para la realización de ejercicios de forma eficaz y segura. Las pautas iniciales incluyen actividades destinadas a reducir el dolor, mejorar la movilidad y la calidad de vida y deben realizarse con el asesoramiento de un especialista para favorecer el regreso a las actividades normales.

Entrenamiento para pacientes con fragilidad ósea

“Las recomendaciones actuales indican que el mejor entrenamiento para pacientes con osteoporosis consiste en la combinación de diferentes tipos de ejercicio físico”, señala la Doctora Nathaly Villa, rehabilitadora del Infanta Elena, quien añade que este “es multicompetente, pues incluye ejercicios de fuerza muscular, resistencia, equilibrio y agilidad, y se ha demostrado que previene el deterioro funcional y la fragilidad ósea, a la vez que reducen significativamente el riesgo de caídas”.

Finalmente, cabe destacar la importancia del Servicio de Geriatría, ya que el tratamiento y prevención de la osteoporosis en el paciente anciano es fundamental por las consecuencias potencialmente debilitantes que desencadena en este sector de la población. “Existen diversas opciones de tratamiento; y es crucial que se individualice en función de las características y necesidades de cada paciente”, explica el Dr. Leopoldo Bárcena, jefe asociado de este servicio en el centro valdemoreño. “Además, es esencial realizar un seguimiento regular para evaluar la eficacia y la seguridad del tratamiento”, concluye.

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Avances en rehabilitación neurológica: innovación en estimulación cerebral después de un ictus

El Hospital Universitario La Luz ha incorporado esta técnica no invasiva de neuromodulación para mejorar la recuperación del lenguaje y la movilidad en pacientes que han sufrido un ictus
Se trata de una emergencia médica y una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en los adultos. En España se diagnostican más de 100.000 casos al año, y uno de cada tres pacientes presenta secuelas funcionales que afectan su autonomía y calidad de vida.

El ictus puede dejar secuelas importantes que afectan tanto al movimiento como al lenguaje. “En muchos casos, los pacientes experimentan pérdida de fuerza o movilidad en brazos y piernas, así como trastornos del lenguaje conocidos como afasia, que dificultan su capacidad para comunicarse”, explica el doctor David Pérez Martínez, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario La Luz.

Con el objetivo de potenciar la recuperación funcional de los pacientes, el hospital ha incorporado recientemente una tecnología de vanguardia: la neuromodulación no invasiva mediante estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS).

Esta técnica consiste en aplicar corrientes eléctricas de baja intensidad a través del cuero cabelludo, lo que permite modular la actividad neuronal y favorecer los procesos de neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y generar nuevas conexiones tras una lesión.

“La estimulación cerebral con tDCS representa un avance importante en la rehabilitación tras un ictus”.

“La estimulación cerebral con tDCS representa un avance importante en la rehabilitación tras un ictus”, subraya el Doctor David Pérez. “En pacientes con afasia puede ayudar a mejorar la producción y comprensión del lenguaje cuando se combina con logopedia, y en aquellos con secuelas motoras, potencia la respuesta del cerebro durante las sesiones de fisioterapia, favoreciendo la recuperación de la fuerza y la coordinación”.

La tDCS se caracteriza por ser una técnica indolora y no invasiva, que puede integrarse fácilmente en los programas de rehabilitación convencionales, siempre bajo la supervisión de profesionales especializados.

“Nuestro objetivo es aprovechar las capacidades del propio cerebro para acelerar la recuperación funcional y mejorar la autonomía del paciente”, añade el neurólogo. “La combinación de tratamientos de rehabilitación tradicional con tecnologías de estimulación cerebral está abriendo una nueva etapa en el abordaje del ictus”, concluye el especialista.

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