Tras no recuperar el apoyo de los socios de coalición, Mario Draghi encaminó a Italia hacia unas elecciones anticipadas. Los comicios se celebrarán dentro de un mes, el 25 de septiembre, con la incertidumbre de conocer si la derecha italiana consumará la mayoría que le otorgan las encuestas, o si de lo contrario, la coalición de izquierda recuperará el terreno perdido durante meses de inestabilidad política.

Con la inflación desbocada, la guerra de Ucrania sin atisbos de finalizar a corto plazo y la crisis energética amenazando el otoño europeo, Italia se encamina a unas nuevas elecciones generales que buscan poner fin a meses de incertidumbre que han desembocado en la dimisión del último primer ministro, Mario Draghi.

Giorgia Meloni, líder del partido Hermanos de Italia, ha prometido que si reúnen los apoyos necesarios, impulsarán una reforma constitucional hacia un sistema más presidencialista como el modelo francés o estadounidense. El apoyo popular a la líder italiana es incontestable según las encuestas.

La derecha italiana encabeza los sondeos con casi el 50% del apoyo, frente a más del 30% de la coalición de izquierda

Meloni encabeza todos los sondeos a falta de un mes de la celebración de los comicios. Le siguen Salvini y Berlusconi, que junto a la líder de Hermanos de Italia, reúnen casi el 50% de los apoyos. La coalición de izquierda liderada por el Partido Democrático que es apoyada por poco más del 30%, según las últimas encuestas.

La situación podría cambiar

Sin embargo, esta tendencia podría cambiar según señala el politólogo italiano Roberto D’Alimonte, en el El País, ya que a falta de celebrarse las elecciones, la situación podría volverse favorable para el Partido Democrático. La figura de Mario Draghi sigue siendo muy popular en Italia y el Partido Democrático es percibido como uno de los partidos que más fielmente le ha apoyado hasta su dimisión.

Tal y como afirma D’Alimonte, la abstención también podría jugar su papel. En un contexto de crisis económica y alta incertidumbre política, el politólogo señala que la baja participación suele favorecer a los partidos de centroizquierda.

Con todo ello, el próximo 25 de septiembre Italia decidirá en las urnas su devenir político. Mientras los partidos de izquierda y centro avisan del peligro de cambiar el sistema hacia un modelo más presidencialista, con la tentación de que Italia se parezca más a la Hungría de Viktor Orbán, la derecha italiana llega pletórica aupada por los sondeos y por la oportunidad que le brinda su músculo electoral, en un momento idóneo para llevarse la mayoría parlamentaria.