En todo el mundo, la amenaza del parto pretérmino sigue siendo una preocupación en el ámbito de la salud materna. Con un incremento en los casos registrados, algunos asociados al exceso de calor según el último estudio publicado en la revista JAMA Pediatrics, los expertos advierten sobre las consecuencias que esta condición puede tener tanto para los recién nacidos como para sus madres.
Desde complicaciones de salud a largo plazo hasta un riesgo significativamente mayor de mortalidad neonatal. Por tanto, el parto pretérmino plantea desafíos urgentes que requieren una comprensión profunda y una respuesta médica inmediata y eficaz.
La amenaza de parto pretérmino, se caracteriza por contracciones regulares acompañadas de alteraciones cervicales entre la semana 22 y la 36+6 del embarazo.
Para la Doctora Isabel Rodríguez-Piñero Cebrián, ginecóloga especialista de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, “cuando una paciente es diagnosticada de una amenaza de parto pretérmino, el riesgo real de un parto prematuro es bajo, aproximadamente del 10%.”
Origen de la amenaza
El origen de la amenaza de parto pretérmino es multifactorial, pero hay tres causas principales que están identificadas. “La sobredistensión uterina, más común en embarazos múltiples y en casos de polihidramnios, donde hay una acumulación excesiva de líquido amniótico. Infecciones sistémicas, como apendicitis o pielonefritis, que aumentan el riesgo de amenaza de parto pretérmino. Y, por último, las infecciones dentro del útero pueden desencadenar esta condición”, explica la especialista de la Unidad de la Mujer.
La doctora Isabel Rodríguez-Piñero describe, además, otros factores como los antecedentes de amenaza de parto pretérmino antes de la semana 34, la longitud cervical corta en la ecografía del segundo trimestre, antecedentes de conización cervical, cirugía que se realiza en mujeres con una lesión en el cuello del útero, y las malformaciones uterinas, entre otros.
“Ante el diagnóstico de amenaza de parto pretérmino, se requiere el ingreso hospitalario de la paciente. Se administran corticoides para acelerar la maduración pulmonar del feto y tocolíticos, fármacos usados para reducir las contracciones uterinas, dando tiempo así a que los corticoides actúen efectivamente”, concluye la doctora Isabel Rodríguez-Piñero.