El gobierno de Finlandia ha tomado una medida drástica al cerrar por completo su frontera con Rusia, en un esfuerzo por controlar un aumento significativo en las solicitudes de asilo y responder a lo que describe como «injerencia rusa». La ministra de Interior finlandesa, Mari Rantanen, anunció este martes que todos los puestos fronterizos, incluyendo el último activo en Raja-Jooseppi, se cerrarán por al menos dos semanas a partir del jueves.
Esta decisión sigue a un flujo inusualmente alto de solicitantes de asilo desde Rusia, con unos 900 individuos de países como Kenia, Marruecos, Pakistán, Somalia, Siria y Yemen ingresando a Finlandia solo en noviembre. Esta cifra es treinta veces superior a la norma habitual. En respuesta, solo se permitirá el tránsito de trenes de carga entre ambos países.
El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, ha denunciado la situación como un «ataque híbrido» de Moscú, concebido para desestabilizar a Finlandia tras su reciente adhesión a la OTAN en abril. La inteligencia finlandesa informa que las autoridades rusas han asistido a los solicitantes de asilo en su camino a la frontera, lo que se ve reflejado en la llegada de migrantes en bicicleta a la frontera ártica.
Respuesta de Rusia
Rusia, por su parte, ha tachado la medida de «irracional». El viceministro de Exteriores ruso, Alexandr Grushkó, expresó su desacuerdo con la decisión, y el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha rechazado las acusaciones, denunciando una «postura puramente rusófoba» de Finlandia.
Además, el Defensor del Pueblo finlandés ha expresado preocupación sobre cómo el cierre de la frontera puede comprometer el derecho a solicitar asilo. La ministra de Interior, Rantanen, insiste en que el cierre es una cuestión de seguridad nacional y no está relacionado con la política de asilo.
Mientras tanto, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, sigue respaldando a Finlandia en su proceso de integración en la alianza, un movimiento que ha sido visto con recelo por Rusia desde su anuncio.
Estonia se prepara para absorber el flujo migratorio
Mientras Finlandia cierra su frontera con Rusia, surgen preocupaciones sobre el posible impacto en países vecinos. Estonia, también fronteriza con el territorio ruso, ha expresado su preparación para un posible «desbordamiento» migratorio resultante del cierre finlandés. Las autoridades estonias, aunque no han experimentado una presión migratoria similar hasta ahora, consideran probable un aumento en su frontera, especialmente en la «frontera verde» del sureste, zonas naturales sin pasos fronterizos formales.
El ministro del Interior de Estonia, Lauri Läänemets, ha declarado que el país está preparado para este escenario, enfocándose en mantener la máxima preparación en lugar de cerrar preventivamente su frontera con Rusia. Aunque se han planteado voces a favor de un cierre preventivo, Läänemets enfatiza la importancia de conservar recursos para responder de manera efectiva a cualquier situación que pueda surgir.