Las delegaciones de Rusia y Ucrania celebraron este miércoles en Estambul una nueva ronda de negociaciones centrada en medidas humanitarias, que culminó con el anuncio de un nuevo intercambio de prisioneros. El acuerdo incluye, por primera vez, tanto militares como civiles retenidos por ambos bandos, y supone un paso más en un proceso de diálogo que permanece estancado en lo político y estratégico.
El encuentro, que duró menos de una hora, reproduce el formato de las dos rondas anteriores celebradas en mayo y junio. La parte ucraniana estuvo encabezada por Rustem Umerov, actual secretario del Consejo de Seguridad Nacional y exministro de Defensa, mientras que la delegación rusa la lideró Vladímir Medinsky, asesor del presidente Vladímir Putin. Las conversaciones se desarrollaron en el Palacio Çırağan, bajo el auspicio del ministro turco de Exteriores, Hakan Fidan.
Vía diplomática
Ambas partes reafirmaron su voluntad de mantener abierta la vía diplomática para facilitar retornos humanitarios, pero evitaron comprometerse en aspectos sustanciales sobre una posible tregua. Moscú propuso la creación de tres grupos bilaterales con comunicación remota, mientras Kiev planteó una nueva cita en agosto. La delegación ucraniana exigió una postura más constructiva por parte del Kremlin y reiteró la petición de repatriar a menores trasladados por la fuerza desde los territorios ocupados.
El canje de prisioneros se enmarca en un proceso de conversaciones que hasta ahora ha producido acuerdos parciales, como el intercambio de cadáveres de soldados caídos (6.000 por bando) en la reunión de junio. Sin embargo, los esfuerzos para avanzar hacia un alto el fuego siguen estancados por la brecha entre las posiciones. Ucrania reclama una retirada militar rusa y condiciones que respeten su integridad territorial, mientras Rusia insiste en exigencias que implicarían, de facto, una rendición ucraniana, incluida la renuncia a la adhesión a la OTAN y la cesión de las regiones parcialmente ocupadas.
Horizonte de reuniones
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha expresado su disposición a reunirse directamente con Putin, pero el Kremlin sigue rechazando cualquier diálogo que no incluya la aceptación previa de sus condiciones. Mientras tanto, Estados Unidos ha ajustado su postura: Donald Trump, en contraste con sus mensajes previos, ha avalado el envío de armamento a Ucrania tras asumir que Rusia no busca un acuerdo de paz viable.
El diálogo en Estambul entre Rusia y Ucrania, aunque limitado, confirma que persisten canales de comunicación entre las partes. La continuidad de estos intercambios podría ser clave para mantener un mínimo de interlocución y facilitar futuras negociaciones más amplias, en un conflicto que permanece anclado en un equilibrio inestable.






