Fundación Jiménez Díaz

Especialistas de la FJD abordan las novedades diagnósticas y terapéuticas en materia de leucemia mieloide aguda

El objetivo de la jornada fue una actualización del diagnóstico de la enfermedad y de las recomendaciones de tratamiento y seguimiento

Los doctores Alonso, López y Pilar Llamas (jefa del Serv. de Hematología de la FJD).

“Cada vez tenemos más claro que la leucemia mieloide aguda no es una enfermedad, sino muchas enfermedades diferentes que se diferencian por las alteraciones genéticas que presentan”. Así lo manifiesta el Doctor Juan Manuel Alonso Domínguez, especialista del Servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz y miembro del Grupo de Hematología Experimental del Instituto de Investigación Sanitaria-Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD).

Él y el Doctor José Luis López Lorenzo, especialista del mismo servicio, han sido los moderadores de la “Jornada de actualización diagnóstica y terapéutica en leucemia mieloide aguda (LMA)”, recientemente celebrada en el hospital madrileño para actualizar las guías de diagnóstico y terapéuticas de la patología e introducir la nueva evidencia aportada en ellas.

La leucemia mieloide aguda es una enfermedad altamente agresiva, con un pronóstico muy adverso, que se diagnostica en 4,7 personas por cada 100.000 habitantes al año y se presenta más frecuentemente en pacientes mayores de 65 años. En los últimos años su clasificación diagnóstica ha cambiado para dar ahora un mayor peso a las alteraciones moleculares. Es decir, los especialistas tienen cada vez más claro que no se trata de una enfermedad, sino de muchas enfermedades diferentes con distintas alteraciones genéticas.

Diagnóstico de la LMA

Por ello, en la jornada se llevó a cabo una actualización del diagnóstico de la LMA y de las recomendaciones de seguimiento de la enfermedad mínima residual; es decir, las técnicas que se utilizan para detectarla cuando se han eliminado la mayor parte de las células malignas, pero todavía queda una mínima parte que puede dar lugar a recaídas posteriores.

Asimismo, y tal y como señala el Doctor López, el encuentro también prestó atención a la aprobación de nuevos fármacos para los pacientes con LMA, que amplían la supervivencia. Y añade: “El mayor conocimiento de las bases genéticas de la patología ya ha producido, y seguirá dando lugar, al desarrollo de nuevas moléculas dirigidas para su tratamiento”. Estas moléculas dirigidas se caracterizan por presentar menos efectos secundarios que la quimioterapia convencional, ya que están diseñadas para atacar la alteración concreta que presenta la enfermedad.

Investigación en LMA en la Fundación Jiménez Díaz

“En lo referido a la LMA, la investigación es clave”, afirma el Dr. Alonso. Por eso, explica, en la Fundación Jiménez Díaz hay en marcha numerosos ensayos clínicos sobre esta patología, en distintas fases de desarrollo (tanto I como II o III), lo que permite a los especialistas tener acceso a tratamientos con fármacos aún no aprobados de manera generalizada. Algunos de ellos, como los inhibidores de menina, se usan para la LMA con unas alteraciones genéticas, concretamente para la mutación de NPM1 o el reordenamiento de KMT2A, que está mostrando, según los especialistas, interesantes resultados clínicos.

También hay una línea de investigación traslacional de LMA dirigida por el propio Doctor Alonso, a través de la cual se ha descubierto recientemente que las leucemias mieloides agudas tienen un patrón de aparición estacional, con un incremento de los diagnósticos en enero. Los resultados derivan de la mayor serie analizada hasta la fecha, y orientan a la existencia de un posible factor etiológico estacional, que se tratará de confirmar con la continuación del proyecto.

Otra línea de investigación principal se centra en la regulación de la quiescencia de las células madre de LMA como diana terapéutica. Estas células madre leucémicas dan lugar al resto de células de leucemia mieloide aguda, y son las que se tienen que erradicar para lograr la curación de la enfermedad, concluyen los especialistas.

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Avances en rehabilitación neurológica: innovación en estimulación cerebral después de un ictus

El Hospital Universitario La Luz ha incorporado esta técnica no invasiva de neuromodulación para mejorar la recuperación del lenguaje y la movilidad en pacientes que han sufrido un ictus
Se trata de una emergencia médica y una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en los adultos. En España se diagnostican más de 100.000 casos al año, y uno de cada tres pacientes presenta secuelas funcionales que afectan su autonomía y calidad de vida.

El ictus puede dejar secuelas importantes que afectan tanto al movimiento como al lenguaje. “En muchos casos, los pacientes experimentan pérdida de fuerza o movilidad en brazos y piernas, así como trastornos del lenguaje conocidos como afasia, que dificultan su capacidad para comunicarse”, explica el doctor David Pérez Martínez, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario La Luz.

Con el objetivo de potenciar la recuperación funcional de los pacientes, el hospital ha incorporado recientemente una tecnología de vanguardia: la neuromodulación no invasiva mediante estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS).

Esta técnica consiste en aplicar corrientes eléctricas de baja intensidad a través del cuero cabelludo, lo que permite modular la actividad neuronal y favorecer los procesos de neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y generar nuevas conexiones tras una lesión.

“La estimulación cerebral con tDCS representa un avance importante en la rehabilitación tras un ictus”.

“La estimulación cerebral con tDCS representa un avance importante en la rehabilitación tras un ictus”, subraya el Doctor David Pérez. “En pacientes con afasia puede ayudar a mejorar la producción y comprensión del lenguaje cuando se combina con logopedia, y en aquellos con secuelas motoras, potencia la respuesta del cerebro durante las sesiones de fisioterapia, favoreciendo la recuperación de la fuerza y la coordinación”.

La tDCS se caracteriza por ser una técnica indolora y no invasiva, que puede integrarse fácilmente en los programas de rehabilitación convencionales, siempre bajo la supervisión de profesionales especializados.

“Nuestro objetivo es aprovechar las capacidades del propio cerebro para acelerar la recuperación funcional y mejorar la autonomía del paciente”, añade el neurólogo. “La combinación de tratamientos de rehabilitación tradicional con tecnologías de estimulación cerebral está abriendo una nueva etapa en el abordaje del ictus”, concluye el especialista.

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