Alemania y los países nórdicos, Dinamarca y Suecia entre ellos, apuntan a Rusia tras las últimas fugas de gas sufridas en el gasoducto Nord Stream. Pese a que Rusia pide prudencia y no descartar ninguna posibilidad, son varias las pruebas que distintos medios internacionales publican con las fugas de gas.
De hecho, en el día de ayer Suecia detectó una cuarta fuga en el gasoducto Nord Stream, algo que ha hecho saltar todas las alarmas, en un contexto de gran incertidumbre a medida que llega el otoño a Europa.
«Se trata de un vertido grande de unos 900 metros de diámetro y otro menor de unos 200 metros», según apuntó Jenny Larsson, portavoz de la Guardia costera, al diario «Svenska Dagbladet». El descubrimiento fue hecho hace un día durante una patrulla de las autoridades suecas, que al igual que las danesas, supervisan la con barcos y aviones la zona, aunque no había sido difundido hasta ahora, tal y como publica El Confidencial. En total hay dos fugas en cada gasoducto, dos en la zona danesa y dos en la sueca, en aguas internacionales.
500 millones de metros cúbicos de gas
Los gasoductos Nord Stream 1 y 2 suponen una parte fundamental de suministro para los países de la Europa del Este, entre ellos, Alemania, Dinamarca y los países bálticos. Las fugas de gas están afectando a los dos gasoductos. Si no se arreglan rápido, según apuntan desde Alemania, podrían quedar inutilizables.
Según cálculos de Der Spiegel, en las canalizaciones había alrededor de 500 millones de metros cúbicos de gas, lo que Alemania consume de media en dos días. A los precios actuales en Europa, esa cantidad tendría un valor de mercado de más de 800 millones de euros.
La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha afirmado este martes que «es difícil imaginar» que las fugas de gas registradas en las últimas horas en el gasoducto Nord Stream 1 «sean accidentales», después de que el Kremlin haya pedido no descartar ninguna posibilidad.