La Unión Europea está intensificando la presión sobre el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, para que levante el veto a los fondos destinados a Ucrania, que se encuentra en una situación financiera crítica tras dos años resistiendo la agresión rusa. Varios líderes europeos están emitiendo una advertencia final a Hungría en una semana clave para Kiev, instándola a aprobar los 50.000 millones de euros a lo largo de cuatro años destinados a Ucrania en el presupuesto comunitario, en una cumbre europea programada para el jueves.
Las negociaciones entre Bruselas y Budapest han llegado a un punto crítico, con la posibilidad de medidas extraordinarias contra Hungría si persiste en bloquear los fondos para Ucrania. Orbán vincula su decisión a la liberación de los fondos europeos retenidos por la Comisión debido a las violaciones del Estado de derecho en Hungría. Mientras Bruselas presiona y negocia, Budapest acusa a la UE de chantaje, generando una tensión mutua.
Se han discutido posibles medidas, como retener los 21.000 millones de euros aún retenidos a Hungría o saltarse su turno para presidir el Consejo de la UE. También se ha planteado reiniciar el proceso contra Hungría por violaciones del Estado de derecho, lo que podría resultar en la pérdida de sus derechos de voto. Sin embargo, estas decisiones requieren unanimidad y presentan desafíos significativos.
Importancia estratégica del apoyo a Ucrania
Aunque se considera que aún no es el momento de tomar medidas drásticas, algunos Estados miembros muestran una creciente disposición a adoptar una postura más firme hacia Orbán. La crisis actual pone de manifiesto la importancia estratégica y existencial que algunos países atribuyen al apoyo a Ucrania. Si no hay acuerdo, se buscará dejar claro que Hungría está completamente aislada, con veintiséis socios en contra.
Un informe interno del Consejo Europeo sobre la economía húngara, destacando su alta dependencia de los fondos comunitarios y los posibles problemas si se retienen, ha avivado aún más la tensión. Budapest ha acusado a la UE de sabotaje, mientras que Bruselas niega que el informe sea un plan de acción.
La visita del ministro de Exteriores húngaro a Kiev ha llevado a acuerdos bilaterales para abordar desacuerdos sobre la minoría húngara en Ucrania. Ucrania espera que esto contribuya a superar la resistencia de Hungría al paquete de fondos con la ayuda europea.
La situación actual se centra en la necesidad de mantener a Ucrania operativa en su conflicto con Rusia. Los 50.000 millones de euros en cuatro años son cruciales para evitar el colapso del Estado ucraniano y darle resistencia contra la agresión rusa. La falta de estos fondos podría resultar en la incapacidad de pagar los salarios de dos millones de funcionarios en Ucrania, según informes internos. Aunque existe la opción de un plan B sin la participación de Hungría, los líderes europeos muestran reticencia debido a la necesidad de la aprobación parlamentaria en varios Estados miembros.