El presidente estadounidense Donald Trump ha generado polémica con sus declaraciones sobre la guerra en Ucrania, responsabilizando a Kiev por no haber alcanzado un acuerdo con Rusia antes de la invasión y calificando al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, de «dictador». Estas afirmaciones se producen en un contexto en el que Estados Unidos y Rusia han retomado conversaciones en Arabia Saudita para poner fin al conflicto, sin la participación de Ucrania ni la Unión Europea.
Durante una rueda de prensa en Mar-a-Lago, Trump afirmó que Kiev «pudo haber llegado a un acuerdo» antes de la invasión rusa a gran escala, lo que, según él, habría evitado la guerra. «Esto podría haberse resuelto muy fácilmente», dijo. Además, aseguró que él mismo habría negociado un acuerdo que habría evitado la destrucción y las muertes en el país.
Las declaraciones del presidente estadounidense coincidieron con la reunión entre el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en Riad. Ambos países acordaron formar equipos para negociar el fin de la guerra, aunque Moscú dejó claro que no aceptará la presencia de fuerzas de la OTAN en Ucrania.
Respuesta del presidente ucraniano
Zelenski respondió con firmeza a las declaraciones de Trump tindándole de «dictador», acusándolo de vivir en un «espacio de desinformación» creado por Rusia. El presidente ucraniano también refutó las afirmaciones sobre su baja popularidad y la supuesta falta de elecciones en el país, recordando que la ley marcial impide la celebración de comicios en tiempos de guerra. Además, destacó que más de la mitad de la población ucraniana sigue confiando en su liderazgo.
Trump, sin embargo, redobló sus críticas al líder ucraniano. A través de su plataforma Truth Social, lo llamó «un dictador sin elecciones» y sostuvo que «su país está destrozado» y que «millones han muerto innecesariamente». También insistió en que Estados Unidos ha gastado más dinero que Europa en el conflicto y que Washington no ha recibido nada a cambio.
La postura del presidente estadounidense podría tener repercusiones en el apoyo de su país a Ucrania. Mientras tanto, las negociaciones entre Moscú y Washington continúan, dejando a Kiev al margen de una posible solución al conflicto.