El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha recibido este jueves en la Casa Blanca a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, en una visita que confirma el restablecimiento de un diálogo fluido tras más de cuatro años de tensiones bilaterales durante la gestión de Joe Biden. Trump y Erdogan han situado en el centro de la agenda la seguridad regional, los acuerdos comerciales y la cooperación militar, apostando por fortalecer la relación entre ambos gobiernos como pilar para enfrentar la inestabilidad en Oriente Próximo.
Durante la reunión, Trump elogió el liderazgo de Erdogan y expresó su intención de revisar la prohibición de venta de aviones F-35 a Turquía, decisión adoptada hace años en respuesta a la adquisición turca de sistemas de defensa antiaérea rusos. “Vamos a hablar sobre Patriot y sobre F-35. Y creo que Erdogan va a tener éxito comprando esas cosas que tiene interés en comprar”, aseguró Trump, subrayando la voluntad de avanzar hacia una alianza estratégica renovada. Erdogan, por su parte, enfatizó ante medios estadounidenses la urgencia de retomar la venta de los cazas y criticó la exclusión de Turquía del programa F-35 bajo la pasada administración, al considerarla incompatible con una relación de socios estratégicos.
Influencia y acercamiento
El acercamiento se produce en paralelo a los esfuerzos diplomáticos de ambos líderes para influir en los principales focos de tensión del Mediterráneo y Oriente Medio. Trump ha instado a Turquía a dejar de comprar petróleo ruso como medida de presión ante la guerra de Ucrania. El futuro de Gaza y Siria, la situación entre Israel y Palestina, y la alineación sobre el nuevo liderazgo sirio han ocupado un lugar destacado en la agenda, en un momento en que Washington y Ankara buscan coordinar posturas entorno a los desafíos de la región.
Mientras Erdogan apuntala su perfil internacional retornando a la escena de las grandes capitales occidentales, Ankara ha anunciado la retirada de los aranceles que impuso a bienes estadounidenses en 2018. Este gesto comercial busca facilitar el clima de negociación, al tiempo que Turquía refuerza lazos con empresas clave del mercado norteamericano y explora la renovación de su flota con aviones Boeing.
Diálogo con Netanyahu
En el horizonte inmediato, Trump prevé recibir a Benjamín Netanyahu, lo que marca la relevancia de Washington como eje articulador entre actores fundamentales del tablero de Oriente Próximo. Aunque la política de la Casa Blanca hacia Gaza y el reconocimiento de un Estado palestino sigue siendo foco de división con socios árabes, la prioridad declarada por la actual Administración estadounidense es recuperar canales de diálogo y aumentar la cohesión dentro de la OTAN y entre aliados estratégicos.
El envío de un plan de 21 puntos para Gaza a los líderes regionales y el diálogo abierto con Ankara dejan abierta la puerta a acercamientos adicionales para estabilizar el entorno geopolítico.
El giro en las relaciones se inscribe en la tendencia de Trump a utilizar el reequilibrio comercial y militar como herramientas diplomáticas perdurables en su política exterior, marcando distancias con la estrategia de su antecesor y situando a líderes personales como Erdogan en el centro de la transformación de la alianza con Turquía.