En un cambio histórico en el panorama político español, el Partido Popular (PP) ha arrasado en las elecciones municipales y autonómicas, dejando al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sin poder en seis de las diez comunidades autónomas que gobernaba. El PP se ha beneficiado de la desintegración del voto de Ciudadanos, y ha triunfado en ciudades importantes, incluyendo Sevilla, la cual el PSOE esperaba retener. Además, el PP recorta distancias con el PSOE a siete meses de las elecciones generales, y la carrera a la Moncloa estará más disputada que nunca.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, celebró la victoria desde el balcón de la calle Génova en Madrid, sugiriendo que «España ha iniciado un nuevo ciclo político». No obstante, la victoria del PP podría depender de su relación con Vox para poder gobernar en varias comunidades, un tema que indudablemente será una batalla política en los días venideros.
En una noche desastrosa para la izquierda española, el PSOE perdió comunidades autónomas significativas como Aragón, Baleares, Cantabria, La Rioja, Extremadura y la Comunidad Valenciana, considerada la joya de la corona. En las elecciones generales de diciembre, el PP buscará evitar que la izquierda se movilice contra un posible escenario de Santiago Abascal de Vox como vicepresidente.
Mayoría absoluta en Madrid
El PP también ha logrado una mayoría absoluta en Madrid, tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento, donde la izquierda ha estado en declive desde 2015. En comparación con las elecciones municipales de 2019, cuando el PP perdió por 1,6 millones de votos, ha recuperado los 1,8 millones de votos que había perdido de Ciudadanos, permitiéndole superar a los socialistas por más de tres puntos.
Los socialistas tendrán que navegar por el escenario político con menos tiempo para recuperarse antes de las próximas elecciones generales.
Estos resultados plantean una serie de preguntas y preocupaciones de cara a las elecciones generales de diciembre. El PP pone la pelota en el tejado del PSOE, que tendrá que lidiar con la pérdida significativa de poder en comparación con 2007, cuando aún conservaba Andalucía y ahora permanece en La Moncloa. Además, los socialistas tendrán que navegar por el escenario político con menos tiempo para recuperarse antes de las próximas elecciones generales.
La coalición que gobierna España desde 2020 no tuvo ningún motivo de celebración durante la noche electoral. Ni siquiera en Barcelona, donde Pedro Sánchez y Yolanda Díaz cerraron la campaña electoral, pudieron celebrar una victoria.