El Parlamento Europeo da luz verde definitiva a estandarizar los cargadores de dispositivos electrónicos. Con la aceptación del puerto USB tipo C como universal, la pelota está en el tejado de compañías como Apple, que sigue utilizando sus propios puertos ‘lightning’ para sus smartphones.
Con 602 votos a favor, 13 en contra y ocho abstenciones, los eurodiputados han aprobado el acuerdo cerrado en junio y que da a los fabricantes dos años para adaptarse a la nueva normativa europea. “La plétora de cargadores actuales será pronto cosa del pasado”, ha celebrado el ponente del Parlamento, Alex Agius, eurodiputado maltés.
El sistema actual, en el que comparten espacio USB 2.0 Micro B, USB-C y ‘Lightning’ (exclusivo de Apple) gracias a un acuerdo voluntario de 2009, contribuía aún a generar hasta 11.000 toneladas al año de residuos electrónicos, según las estimaciones de la Comisión Europea.
Cargador único para reducir residuos electrónicos
La medida busca facilitar el día a día de una ciudadanía para la que este tipo de aparatos forma parte ya de su vida. Y que a menudo se enfrenta a problemas evitables. Según la comisaria de Competencia de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, la normativa ayudará a ahorrar 250 millones de euros al año y las miles de millones de toneladas de basura electrónica se reducirían a 980 millones al año.
La decisión del Parlamento Europeo pone la lupa sobre Apple, que de querer continuar en el mercado europeo, tendrá que modificar el puerto de carga y datos de uno de sus productos estrella, el iPhone. La empresa liderada por Tim Cook ha defendido hasta ahora su determinación a la hora de continuar utilizando un cargador ajeno al USB tipo C al que otras empresas como Samsung, Huawei y Xiaomi ya se habían adaptado.
Sea cual sea el fabricante, la obligación de un cargador universal se aplicará a todos los dispositivos.
La nueva normativa europea tiene todavía un último paso para ser aprobada formalmente. El Consejo Europeo deberá aprobar la directiva y una vez publicada en el Diario Oficial de la UE, entrará en vigor para que los estados miembros adapten su legislación con la decisión adoptada.
Sea cual sea el fabricante, la obligación de un cargador universal se aplicará a todos los teléfonos móviles, tabletas, cámaras digitales, auriculares, libros electrónicos, teclados y ratones, así como a las consolas de videojuegos, altavoces, sistemas de navegación y, en un segundo tiempo, ordenadores portátiles.