La sesión de control al Gobierno de este miércoles en el Congreso dejó un clima de confrontación política ya habitual entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, pero también un mensaje que resonó con fuerza en el bloque independentista catalán. La portavoz de Junts, Miriam Nogueras, aprovechó su intervención para lanzar una advertencia que se interpretó como un aviso directo al Ejecutivo: “Menos cambio de horario y más hora del cambio”. Su frase, cuidadosamente preparada y posteriormente difundida por su equipo, marcó un punto de inflexión en la relación entre el Gobierno y la formación de Carles Puigdemont.
Nogueras acusó a Sánchez de intentar distraer la atención con debates simbólicos —como el de la bandera palestina o la propuesta para unificar el horario europeo— mientras, según ella, Cataluña vive una situación de agotamiento institucional y social. Denunció la falta de avances en los compromisos asumidos con Junts, los problemas estructurales en servicios públicos y la presión fiscal sobre autónomos y familias. “La gente está harta”, insistió, en un tono que sonó más a ultimátum que a simple advertencia.
Presupuestos, en el horizonte
El mensaje llega en un momento crítico para la estabilidad parlamentaria del Gobierno. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, había reiterado días atrás que el Ejecutivo confía en cerrar pronto la senda de gasto que permita iniciar la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, desde Junts insisten en que “muchos compromisos siguen en un cajón” y que el tiempo de espera “se ha agotado”. Fuentes del partido recalcaron tras la sesión: “Si no se cumplen los acuerdos, dejaremos de garantizar la estabilidad del Gobierno”.
El rifirrafe entre Sánchez y Feijóo se desarrolló bajo el guion ya conocido. El líder del PP insistió en que la corrupción rodea al entorno del presidente socialista y exigió explicaciones sobre la presunta financiación irregular del PSOE. Sánchez, por su parte, respondió con datos económicos y acusó a Feijóo de “haber renunciado a hacer una oposición útil”. La tensión aumentó cuando el líder popular aprovechó un lapsus reciente de la vicepresidenta Yolanda Díaz para cuestionar la gestión económica del Ejecutivo, mientras reprochaba la pérdida de poder adquisitivo de las familias y la subida de impuestos a los autónomos.
«La hora del cambio».
La sesión también incluyó un momento de fricción entre el PP y EH Bildu. La portavoz de la formación abertzale, Mertxe Aizpurua, denunció la “impunidad” con la que actúan grupos fascistas y nazis en las calles españolas. Su intervención provocó la indignación de la bancada popular, y la portavoz Ester Muñoz calificó de “asco” que Aizpurua hiciera esas acusaciones en el Congreso. Sánchez respondió anunciando que el Boletín Oficial del Estado publicará antes de final de mes el catálogo de símbolos franquistas para su retirada definitiva.
Pese a la previsibilidad del duelo entre los dos grandes partidos, la jornada parlamentaria estuvo dominada por el desafío de Junts. Nogueras no improvisó su discurso: buscó visibilizar el hartazgo de su grupo ante los incumplimientos y marcar distancia con un Gobierno del que depende su supervivencia legislativa. Su advertencia de que ha llegado “la hora del cambio” refuerza la idea de que Junts empieza a preparar un nuevo escenario político, uno en el que su apoyo al Ejecutivo ya no puede darse por garantizado.