Hospital Universitario General de Villalba

El HUGV roza las 100 prostatectomías radicales robóticas y consolida su experiencia en el tratamiento quirúrgico del cáncer de próstata localizado

El cáncer de próstata es el tumor más frecuente entre los hombres y uno de los que más impacto tienen en su calidad de vida

El cáncer de próstata es el tumor más diagnosticado entre los hombres en España, con más de 32.000 nuevos casos cada año -el 23 por ciento de todos los diagnósticos oncológicos masculinos-, y su detección precoz es determinante para la supervivencia. Cuando se diagnostica en fases iniciales, la tasa de supervivencia a cinco años supera el 99 por ciento, mientras que en fases avanzadas cae por debajo del 40 por ciento.

La incorporación de la cirugía robótica ha supuesto un salto cualitativo en el tratamiento de este tipo de cáncer, al permitir una extirpación más precisa y una recuperación más rápida. En este contexto de avance tecnológico y mejora asistencial, el Hospital Universitario General de Villalba -hospital público de la Comunidad de Madrid- ha consolidado su experiencia en el manejo quirúrgico mínimamente invasivo de esta patología, acercándose ya a las 100 prostatectomías radicales robóticas realizadas.

“La cirugía robótica ha transformado la forma de tratar el cáncer de próstata. Nos permite realizar una cirugía más precisa, menos agresiva y con mejores resultados en continencia y función sexual”, señala el Doctor José Emilio Hernández Sánchez, jefe del Servicio de Urología del hospital villalbino.

Cirugía de máxima precisión, recuperación funcional y calidad de vida tras la cirugía

La prostatectomía radical robótica consiste en la extirpación completa de la glándula prostática y las vesículas seminales mediante el sistema robótico Da Vinci, que traduce los movimientos del cirujano con una visión tridimensional y de alta definición. “Podemos trabajar dentro de un espacio anatómico muy reducido con una precisión milimétrica y sin temblores, lo que nos permite preservar estructuras clave como los nervios erectores y el esfínter urinario”, explica el Doctor Hernández.

Durante la intervención, el cirujano controla los brazos robóticos desde una consola que amplifica la imagen del campo quirúrgico y controla cualquier temblor involuntario. En los casos de alto riesgo, también se realiza linfadenectomía pélvica con fines diagnósticos y terapéuticos.

Esta técnica reduce de forma significativa el sangrado, el dolor postoperatorio y la estancia hospitalaria. La mayoría de los pacientes permanecen ingresados entre 48 y 72 horas y retoman su actividad cotidiana en menos de dos semanas, evitando esfuerzos físicos durante el primer mes. “La cirugía robótica nos ha permitido mejorar tanto la seguridad quirúrgica como el bienestar del paciente desde el primer día”, añade el jefe del Servicio de Urología del General de Villalba.

“Cerca del 95 por ciento de los pacientes recuperan la continencia urinaria”.

Gracias a la precisión anatómica del abordaje robótico, los resultados funcionales son excelentes. “Cerca del 95 por ciento de los pacientes recuperan la continencia urinaria en los tres primeros meses, y la gran mayoría conserva una función sexual satisfactoria cuando es posible preservar el paquete neurovascular”, destaca el especialista, apuntando que hasta el 80-90 por ciento de los pacientes menores de 60 años con buena función eréctil previa recupera erecciones funcionales en el primer año gracias a la conservación bilateral de los haces neurovasculares.

Antes de cada intervención se realiza una planificación individualizada con estudios de imagen avanzada como la resonancia magnética multiparamétrica, que permiten definir la estrategia quirúrgica óptima según el perfil de cada paciente. Y es que, recuerda el Dr. Hernández, “no hay dos pacientes iguales; estudiamos cada caso para equilibrar radicalidad oncológica y preservación funcional”.

Tras la cirugía, el hospital aplica protocolos de rehabilitación multimodal que combinan fisioterapia de suelo pélvico, farmacoterapia temprana y programas de ejercicio progresivo. “Nuestro objetivo es que el paciente recupere su autonomía y calidad de vida lo antes posible”, subraya.

Experiencia consolidada y resultados clínicos excelentes

El Servicio de Urología del Hospital Universitario General de Villalba ha desarrollado un programa estructurado de cirugía robótica con sesiones quirúrgicas semanales, protocolos de seguridad y formación continua del equipo, lo que garantiza la reproducibilidad y calidad de los resultados. Concretamente, el centro completa actualmente una o dos sesiones de cirugía robótica a la semana, en las que se realizan intervenciones de próstata, riñón, vejiga y reconstrucción pélvica. La experiencia acumulada ha permitido alcanzar resultados oncológicos comparables a los de los principales centros nacionales: la supervivencia libre de recidiva bioquímica se sitúa entre el 84 y el 95 por ciento a cinco años, y la supervivencia cáncer específica alcanza cifras del 96-99 por ciento.

“La cirugía robótica nos permite, además de abordar el cáncer, preservar la función y la calidad de vida. Hoy el éxito se mide en bienestar tanto como en control oncológico”, concluye el Dr. Hernández.

El hospital villalbino ha demostrado asimismo una organización quirúrgica eficiente, reduciendo significativamente los tiempos de espera respecto al promedio nacional y ofreciendo a los pacientes un acompañamiento integral desde la valoración preoperatoria hasta la rehabilitación, con circuitos asistenciales coordinados que aseguran continuidad y máxima calidad.

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Avances en rehabilitación neurológica: innovación en estimulación cerebral después de un ictus

El Hospital Universitario La Luz ha incorporado esta técnica no invasiva de neuromodulación para mejorar la recuperación del lenguaje y la movilidad en pacientes que han sufrido un ictus
Se trata de una emergencia médica y una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en los adultos. En España se diagnostican más de 100.000 casos al año, y uno de cada tres pacientes presenta secuelas funcionales que afectan su autonomía y calidad de vida.

El ictus puede dejar secuelas importantes que afectan tanto al movimiento como al lenguaje. “En muchos casos, los pacientes experimentan pérdida de fuerza o movilidad en brazos y piernas, así como trastornos del lenguaje conocidos como afasia, que dificultan su capacidad para comunicarse”, explica el doctor David Pérez Martínez, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario La Luz.

Con el objetivo de potenciar la recuperación funcional de los pacientes, el hospital ha incorporado recientemente una tecnología de vanguardia: la neuromodulación no invasiva mediante estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS).

Esta técnica consiste en aplicar corrientes eléctricas de baja intensidad a través del cuero cabelludo, lo que permite modular la actividad neuronal y favorecer los procesos de neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y generar nuevas conexiones tras una lesión.

“La estimulación cerebral con tDCS representa un avance importante en la rehabilitación tras un ictus”.

“La estimulación cerebral con tDCS representa un avance importante en la rehabilitación tras un ictus”, subraya el Doctor David Pérez. “En pacientes con afasia puede ayudar a mejorar la producción y comprensión del lenguaje cuando se combina con logopedia, y en aquellos con secuelas motoras, potencia la respuesta del cerebro durante las sesiones de fisioterapia, favoreciendo la recuperación de la fuerza y la coordinación”.

La tDCS se caracteriza por ser una técnica indolora y no invasiva, que puede integrarse fácilmente en los programas de rehabilitación convencionales, siempre bajo la supervisión de profesionales especializados.

“Nuestro objetivo es aprovechar las capacidades del propio cerebro para acelerar la recuperación funcional y mejorar la autonomía del paciente”, añade el neurólogo. “La combinación de tratamientos de rehabilitación tradicional con tecnologías de estimulación cerebral está abriendo una nueva etapa en el abordaje del ictus”, concluye el especialista.

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