Quirónsalud Clideba

Dolor e inflamación lateral: los primeros síntomas de uña encarnada ante los que se recomienda acudir al podólogo para evitar una infección

El corte recto de las uñas, adecuar el calzado a la actividad que se vaya a realizar y mantener unos correctos hábitos higiénicos ayudan a prevenir esta patología, muy frecuente en las consultas de Podología

La Doctora Cristina Batalla, podóloga en el Hospital Quirónsalud Clideba de Badajoz.

La onicocriptosis o uña encarnada es una patología frecuente causada por la penetración de una o más uñas de los pies en los surcos laterales o canales ungueales de los dedos. Su aparición provoca dolor, inflamación y, en las fases más avanzadas, infección.

“Los síntomas de inicio más frecuentes son el dolor o la inflamación del lateral del dedo afectado, rubor o edema, y en los casos más avanzados, supuración o presencia de infección purulenta”, explica la Doctora Cristina Batalla, podóloga en el Hospital Quirónsalud Clideba de Badajoz. Ante la aparición de estos primeros síntomas y para evitar el avance de la patología, la experta recomienda acudir al podólogo. “De ese modo, se realizará el corte correcto de la uña y la limpieza que precise el canal antes de que se produzca infección en la zona”. En el peor de los casos, puede llegar a ocasionar celulitis infecciosas u osteomielitis por la proximidad de las falanges si no se trata a tiempo.

La aparición de la uña encarnada puede deberse a factores extrínsecos como el corte inadecuado de las uñas, el uso de calzados ajustados o la falta de hábitos higiénicos; aunque también influyen factores intrínsecos tales como deformidades anatómicas subungueales o de los dedos, obesidad o diabetes.

“Para prevenir que las uñas se encarnen es necesario el corte recto de las uñas, adecuar el zapato a la actividad que vamos a realizar ─evitando calzados ajustados en largas caminatas o durante largos períodos en bipedestación─, mantener unos correctos hábitos higiénicos y, en caso de dificultad para su corte, acudir a un podólogo”, recomienda la especialista del Hospital Quirónsalud Clideba.

Tratamiento

La onicocriptosis presenta un amplio abanico de posibilidades de tratamiento. Cuando se debe a un mal corte de uña se opta por un tratamiento de reeducación ungueal, dirigiendo la uña con cortes adecuados para que crezca recta y no se clave en la piel.

En aquellos casos en los que se debe a deformidades anatómicas, existen tratamientos conservadores e indoloros como la ortonixia. “Consiste en el uso de alambres o lenguetas, similares a los de una ortodoncia dental, para reducir la curvatura de la lámina ungueal mediante una presión suave y constante”, detalla la podóloga.

Por otro lado, la cirugía es la mejor opción para los casos más persistentes, aunque varía según el tipo de paciente. La más común es la matriceptomía parcial del canal afectado, que sirve para alinear definitivamente el crecimiento de la uña. En aquellos casos en los que la uña encarnada deriva de alteraciones anatómicas se valora primeramente la corrección de la deformidad y no de la uña, ya que corrigiendo lo primero se soluciona, como norma general, el problema de la uña encarnada.

Cuidado de nuestros pies

Además de la uña encarnada, en las consultas de Podología también son frecuentes las callosidades o durezas, papilomas, micosis, úlceras en el pie diabético o lesiones por alteraciones en la pisada como la fascitis plantar o la metatarsalgia.

“El cuidado de los pies es fundamental puesto que son quienes guían nuestros pasos”, insiste la doctora Cristina Batalla. Para ello necesitan estar limpios, libres de durezas, con el corte adecuado de las uñas y las estructuras que lo componen compensadas para evitar que una mala pisada derive en alteraciones de rodilla y de cadera que nos incapacite para la realización de actividades diarias.

Como señala la podóloga del Hospital Quirónsalud Clideba, la frecuencia para ir al podólogo varía según el sujeto, aunque, en condiciones normales, a los pacientes adultos les recomienda acudir con cada cambio de estación. A los niños a partir de los cuatro años y hasta los doce lo mínimo recomendable es una revisión anual. “Los tres consejos que le daría a cualquier persona para que cuide la salud de sus pies son lavado diario, uso de calzado adecuado y no realizar tareas o ‘tratamientos’ que le corresponden al especialista, en este caso al podólogo”, concluye.  

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