Christine Lagarde ha confirmado este jueves en Fráncfort que el Banco Central Europeo (BCE) mantendrá los tipos de interés en el 2%, consolidando así un nuevo ciclo monetario marcado por la cautela y la flexibilidad. La decisión, adoptada por unanimidad, refleja la confianza del Eurobanco en la evolución de los principales indicadores económicos de la zona euro, tras meses de ajustes que llevaron los tipos desde el 4% hasta el nivel actual.
La presidenta del BCE subrayó que “el proceso desinflacionario ha terminado” y que la inflación, situada en el 2,1%, se encuentra en el rango objetivo. El desempleo, en mínimos históricos del 6,2%, y la revisión al alza del crecimiento económico para 2025 —del 0,9% al 1,2%— refuerzan el diagnóstico de estabilidad. Lagarde evitó comprometerse con una senda concreta de tipos, reiterando que las decisiones se tomarán “reunión a reunión”, en función de los datos disponibles.
“Reunión a reunión”.
La mejora de las previsiones se produce en un contexto de menor incertidumbre comercial, tras el acuerdo entre Bruselas y Washington que ha despejado el riesgo de represalias arancelarias. Lagarde reconoció que la atmósfera sigue siendo volátil, pero destacó que el BCE se encuentra “en buena posición” para afrontar los desafíos externos, incluyendo la tensión con Rusia y la crisis política en Francia.
Sobre el caso francés, la presidenta evitó menciones directas, aunque instó a los líderes nacionales a reducir la incertidumbre fiscal. La situación de Francia, con cuatro primeros ministros en menos de dos años y una posible rebaja de su calificación crediticia, se ha convertido en uno de los focos de atención para los mercados. Lagarde aseguró que los bonos soberanos de la eurozona “funcionan fluidamente” y descartó activar el Instrumento para la Protección de la Transmisión (TPI).
El BCE también vigila de cerca la evolución salarial. Aunque los sueldos aumentaron un 3,95% interanual en el segundo trimestre, las proyecciones apuntan a una moderación en 2025, lo que aleja el riesgo de una espiral inflacionaria. La inflación de servicios, otro indicador clave, se desaceleró en agosto hasta el 3,1%.
Estabilidad en los tipos de interés
Con este escenario, los analistas prevén un largo periodo de estabilidad en los tipos. Rosa Duce, de Deutsche Bank, estima que no habrá nuevos recortes hasta septiembre de 2026, mientras que Konstantin Veit, de Pimco, anticipa una “prolongada inactividad”. El euríbor, por su parte, podría mantenerse estancado o repuntar ligeramente, con implicaciones directas para el mercado hipotecario español.
El BCE, bajo el liderazgo de Lagarde, ha optado por una estrategia de contención que busca preservar la estabilidad financiera sin comprometer el crecimiento. En un entorno global marcado por la incertidumbre geopolítica y la presión de la Reserva Federal, la pausa monetaria europea se presenta como una apuesta por la resiliencia institucional.