La relación transatlántica entre Estados Unidos y la Unión Europea enfrenta una nueva etapa de tensión con la decisión de Donald Trump de imponer un incremento arancelario del 30 % a los productos europeos a partir del 1 de agosto. El anuncio, formalizado mediante una carta enviada a Bruselas, representa un endurecimiento notable respecto a amenazas previas y agrava un conflicto comercial que ya acumula años de fricciones. La respuesta de la Comisión Europea ha sido inmediata: continuar negociando, pero sin renunciar al diseño de contramedidas proporcionales.
España figura entre los países más expuestos, especialmente en sectores clave como el agroalimentario, los bienes de equipo y los productos químicos. Las exportaciones españolas podrían reducirse un 14 %, lo que representa una pérdida estimada de 2.545 millones de euros, según cálculos de la Cámara de Comercio de España. El impacto recaería de forma más intensa sobre regiones exportadoras como Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco.
Sectores expuestos
El sector agroalimentario afronta el mayor riesgo, con productos emblemáticos como el aceite de oliva, el vino y las aceitunas de mesa directamente amenazados. En 2024, las ventas de alimentos y bebidas españolas a EE. UU. alcanzaron los 3.500 millones de euros. La industria ya experimentó una caída del 20,8 % en las exportaciones de vino tras la subida arancelaria de abril. A pesar de la resiliencia demostrada hasta ahora —en parte por la bajada de precios que compensó el aumento fiscal— el temor a medidas discriminatorias por país es creciente.
Más allá del agroalimentario, los bienes de equipo y maquinaria también podrían ver afectadas sus exportaciones al mercado estadounidense, en especial desde Madrid, el País Vasco y la Comunidad Valenciana. Cataluña, por su parte, sería la región más impactada en el ámbito de los productos químicos. Aunque los nuevos aranceles se han presentado como independientes de los sectores industriales ya gravados —como el automotriz o el siderúrgico—, fuentes de la Casa Blanca advierten que Trump podría modificar su decisión y hacerlos acumulativos.
Doble vía
Frente a esta escalada, la Unión Europea reafirma su apuesta por un enfoque de doble vía. Bruselas mantiene activas las negociaciones, pero no descarta una respuesta contundente. La Comisión Europea ya preparó un paquete de contramedidas de 21.000 millones de euros —actualmente congelado— y avanza en uno más amplio, de hasta 100.000 millones, listo para activarse si las conversaciones fracasan.
Este domingo, los embajadores de los 27 Estados miembros se reunirán en Bruselas para analizar el contenido y el alcance de la carta enviada por Trump. El lunes, los ministros de Comercio celebrarán un Consejo centrado no solo en la estrategia frente a Washington, sino también en la consolidación de alianzas comerciales con actores considerados “fiables” como India, Mercosur o ciertos países del sudeste asiático.
En paralelo, sectores económicos españoles y europeos exploran vías de diversificación comercial, desde una mayor penetración en Asia hasta la inversión en digitalización y valor añadido. A largo plazo, la estrategia europea busca reducir la dependencia de mercados sujetos a volatilidad política y reforzar su autonomía económica sin cerrar la puerta al diálogo transatlántico.