En vísperas de la cumbre de la OTAN en La Haya, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dirigido duras críticas a España por su negativa a respaldar el objetivo de destinar el 5% del PIB al gasto en defensa. “España es un problema”, declaró el mandatario norteamericano desde el Air Force One, en declaraciones que han elevado el tono de la cita transatlántica. Trump insiste en que el bajo compromiso presupuestario español amenaza la cohesión interna de la Alianza.
La postura de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, ha situado a España en el centro del debate internacional. A diferencia del bloque liderado por Estados Unidos, Alemania y Francia —que ya ha manifestado su apoyo a esa meta del 5% como “pilar europeo” de la defensa colectiva—, España considera esta exigencia inasumible, contraproducente y desproporcionada. Según fuentes gubernamentales, el país mantiene su compromiso con la OTAN y sus capacidades estratégicas, pero lo hace desde un enfoque “realista y sostenible”.
«Realista y sostenible».
Trump intensificó sus críticas con una publicación en Truth Social en la que compartió un artículo que advierte de que España podría “hacer descarrilar” la cumbre. En su mensaje, acompañado de una imagen de Sánchez, lamentó que mientras Estados Unidos se aproxima al billón de dólares en gasto militar, otros aliados —como España— no alcanzan niveles que considera equitativos.
La Moncloa ha respondido señalando que España no está sola en su rechazo frontal al 5%, aunque admite ser minoría en esta postura. Sánchez ha alcanzado un acuerdo con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, para mantener flexibilidad: se evaluará en 2029 si el objetivo puede cumplirse, partiendo del compromiso actual del 2,1% del PIB en defensa. Según fuentes diplomáticas, Rutte ha reconocido por escrito que España está comprometida con el refuerzo de sus capacidades militares, pero que podrá adaptar su contribución según su evolución presupuestaria.
Países alineados con Estados Unidos
Mientras tanto, el bloque mayoritario de países —incluidos Francia, Alemania, Italia, Polonia o Suecia— se alinea con Washington en torno a un incremento sostenido del gasto. Algunos líderes, como el sueco Ulf Kristersson, han advertido de que no invertir en defensa comprometería el propio modelo de bienestar europeo. “Proteger el bienestar también significa protegerlo militarmente”, afirmó.
Pese a las tensiones, la mayoría de las capitales evita la confrontación abierta con Madrid. Aun así, ministros de países como Lituania o Polonia han expresado su malestar con la excepción negociada por España, recordando que los compromisos deben ser compartidos de forma equitativa.
España insiste en que la clave no está en gastar más, sino en gastar mejor. Según sus cálculos, la OTAN ya invierte ocho veces más que Rusia. El Gobierno de Sánchez apuesta por una defensa inteligente, coordinada y tecnológica. Aunque aislada en esta cumbre, España confía en que el tiempo evidencie los límites prácticos de la propuesta del 5%. Si el calendario político se cumple, Trump no estará en la Casa Blanca cuando llegue el momento de revisar estos compromisos en 2029.