El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha ordenado este martes nuevos bombardeos sobre la Franja de Gaza tras un ataque contra tropas israelíes en las inmediaciones de Rafah. La decisión, anunciada después de una reunión de seguridad con su Gabinete, marca un nuevo giro en el frágil equilibrio de la tregua vigente desde el 10 de octubre y refleja la creciente tensión entre Israel y la milicia palestina Hamás.
Según la oficina del primer ministro, los “ataques contundentes” buscan responder a la agresión sufrida por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). El Ministerio de Defensa ha confirmado que la ofensiva se produce tras el intercambio de fuego en Rafah, donde, según el diario The Times of Israel, soldados israelíes fueron atacados por “agentes terroristas”. Aunque el medio no vincula directamente la acción a Hamás, la respuesta israelí ha incluido bombardeos en distintas zonas de la Franja.
El ministro de Defensa, Israel Katz, ha advertido de que “Hamás pagará un alto precio por atacar a los soldados israelíes” y por “violar el acuerdo para la repatriación de los rehenes muertos”. En su comunicado, Katz alude a disparos de artillería y francotiradores contra las tropas en Rafah, atribuidos a miembros del grupo islamista.
Poco después del incidente, testigos en Ciudad de Gaza informaron de nuevos bombardeos aéreos. Imágenes difundidas por la cadena catarí Al Jazeera mostraron columnas de humo elevándose sobre la capital del enclave, mientras no se ha confirmado todavía un balance oficial de víctimas. También se registraron ataques en el norte y el centro de la Franja, incluida la localidad de Nuseirat.
Desconfianza
La escalada se produce en un contexto ya marcado por la desconfianza. El lunes, medios israelíes divulgaron imágenes captadas por un dron militar que, según el ejército, muestran a miembros de Hamás manipulando restos humanos bajo tierra. El hallazgo de esos restos —que posteriormente se comprobó que no correspondían a ninguno de los 13 rehenes israelíes aún por localizar— llevó a Netanyahu a convocar las consultas de seguridad que derivaron en la nueva ofensiva.
Fuentes citadas por la emisora pública Kan aseguran que el primer ministro contempla ampliar el control israelí en la Franja más allá de las zonas actualmente ocupadas durante la primera fase de la tregua. La posibilidad de una expansión militar alimenta el temor a un deterioro de las negociaciones indirectas con Hamás, que ha advertido que “cualquier escalada sionista obstaculizará la búsqueda y entrega de cuerpos”.
La tensión actual evoca los episodios del pasado 19 de octubre, cuando un ataque contra soldados israelíes desencadenó una ofensiva relámpago que dejó más de treinta muertos en Gaza, según la agencia palestina Wafa. Netanyahu ha recordado reiteradamente aquel episodio como ejemplo del “precio” de romper los acuerdos de alto el fuego con nuevos bombardeos.






