Un nuevo ciclo político se avecina en Brasil. Según lo previsto, el próximo 2 de octubre se celebrarán las elecciones presidenciales en el país más grande de Latinoamérica. Unos comicios que determinarán si el país mantiene el rumbo político de Jair Bolsonaro o da un giro de timón a su interacción con el mundo si Lula da Silva sale elegido.
Las encuestas dan como favorito a Lula a falta de poco más de un mes. Si superase el 50% de los votos, evitaría ir a una segunda vuelta. Los sondeos actuales le otorgan una holgada ventaja de quince puntos sobre su competidor, aunque este ha recortado la distancia las últimas semanas.
Elecciones muy polarizadas
Con el regreso del expresidente Lula, la carrera hacia la presidencia de Brasil está más disputada que nunca. Los dos candidatos representan dos caras de un tablero político muy polarizado en Brasil, que relega a un segundo plano al resto de candidatos.
Por un lado, Lula espera devolver la confianza a los brasileños mediante políticas de marcado corte izquierdista, con proyectos sociales y fomento de la inversión en servicios públicos. Por su parte, Bolsonaro azuza a sus votantes con propuestas más liberales, fomento de las actividades religiosas y la huida del «adoctrinamiento» de las políticas progresistas.
El próximo 2 de octubre los brasileños determinarán el futuro político del país, golpeado duramente por la pandemia y cuya economía esperan ver recuperada con la consecución de un nuevo ciclo político. Las urnas decidirán si la gestión de Bolsonaro debe continuar con sus propuestas o si Lula debe volver a la presidencia con un renovado liderazgo.