Israel ha elevado la tensión en la crisis diplomática abierta con España al llamar a consultas a su embajadora en Madrid, Rodica Radian-Gordon. Esta medida, anunciada por el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Eli Cohen, responde a las declaraciones del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien expresó sus «francas dudas» sobre la conformidad de Israel con el derecho internacional humanitario en sus operaciones en Gaza.
Esta escalada diplomática llega después de que Sánchez, en sus recientes comentarios, cuestionara las acciones militares de Israel en la franja de Gaza. La decisión de Israel de retirar a su embajadora sugiere un vacío en su representación diplomática en España por tiempo indefinido, un gesto que simboliza una fuerte protesta y descontento.
Conflicto verbal abierto
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha sido crítico con Sánchez, ordenando a Cohen convocar a la embajadora española en Israel, Ana María Sálomon Pérez, para expresar su descontento. En un comunicado de su oficina, Netanyahu describió los comentarios de Sánchez como «vergonzosos», especialmente en un contexto donde Israel se enfrenta a ataques de Hamás.
Por su parte, Sánchez ha mantenido una postura firme, insistiendo en la necesidad de que Israel respete el derecho internacional humanitario, a pesar de reconocer el derecho de Israel a defenderse. Este conflicto verbal ha llevado a una situación tensa, donde el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, ha intentado suavizar las tensiones, mostrando solidaridad con Israel tras un reciente ataque terrorista en Jerusalén, pero reiterando la importancia de la protección de civiles y el cumplimiento del derecho internacional.
Esta crisis diplomática, marcada por la llamada a consultas de la embajadora israelí, indica un deterioro significativo en las relaciones entre España e Israel. Fuentes cercanas a la administración israelí indican que la situación podría requerir cambios significativos para que la embajadora Radian-Gordon regrese a España. Mientras tanto, la embajada israelí en Madrid quedará a cargo del ministro consejero, quien actuará como el principal representante diplomático en ausencia de Radian-Gordon.