Nicaragua vive semanas de tensión después de mantener en el foco al obispo Rolando Álvarez, acusado de intentar desestabilizar al Gobierno de Daniel Ortega. Tras haber estado recluido junto a varios de sus colaboradores desde el 4 de agosto, la policía nicaragüense ha decidido detener al obispo, al que acusan de persistir en «actividades desestabilizadoras y provocadoras» contra el Gobierno.
El Gobierno de Ortega mantiene así sus acusaciones a la Iglesia católica, a la que relacionan con las movilizaciones de 2018 en Nicaragua, que se saldaron con numerosas acciones violentas y la detención de líderes opositores. Pese a que el presidente nicaragüense revocó la reforma del seguro social, una de las razones por las que estallaron las manifestaciones, las protestas continúan hasta la actualidad.
«Tenemos que responder al odio con amor, a la desesperación con esperanza y al miedo con la fuerza»
Desde 2018, el Gobierno de Ortega ha endurecido la vigilancia hacia organizaciones y líderes religiosos. Con la detención del obispo Rolando Álvarez confirma la crisis política de Nicaragua, que se suma a la detención de más líderes críticos con el gobierno.
Desde la curia, y a través de medios digitales, el obispo ha instado a la oración y al diálogo en el país: “Tenemos que responder al odio con amor, a la desesperación con esperanza y al miedo con la fuerza”.
Por su parte, el gobierno nicaragüense ha justificado la detención del obispo: «Durante varios días se esperó con mucha paciencia, prudencia y sentido de la responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa que nunca llegó».
El Papa Francisco rompe su silencio
El papa Francisco, aunque no ha mencionado al obispo directamente, se ha referido por primera vez al enfrentamiento entre el Gobierno de Nicaragua y la Iglesia católica, y ha expresado su «preocupación» por la crisis del país. El pontífice expresó sus deseos de que «se puedan encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica» en Nicaragua.
El obispo Rolando Álvarez es el líder religioso más conocido en Nicaragua que ha sido detenido. No obstante, su detención se suma a la de algunos sacerdotes, mientras que Ortega mantiene a otros recluidos en sus parroquias, impidiéndoles realizar sus procesiones religiosas, por miedo a que sigan alentando protestas.
